Minirelato N°46: Adrinette

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Aunque parecía una salida típica entre amigos, Alya, Nino, Marinette y Adrien pocas veces podían salir de esa forma. Marinette seguramente diría que los planetas se alinearon para hacerlo posible, y Adrien, diría más que un tema de agendas alineadas.

Y Alya y Nino, pondrían sus ojos en blanco por el intercambio infantil de ambos.

—Ya sé —dijo, Alya, dándole un golpecito a la mesa, después de que el mesero se llevara los platos de lo que habían comido, para entregarle los postres—. Aprovechemos la juntada para jugar algo.

—¿Aquí? —preguntó Marinette.

—Vamos, amiga —le hizo un gesto con la mano, demostrando que las mesas aledañas estaban todas desocupadas—. Adrien compró el espacio, aunque no lo admita.

—Y no lo admitiré —dijo, tomando con su cuchara un poco del mouse de maracuyá que le habían servido.

—Así que podemos —le indicó—. Juguemos dos verdades y una mentira, inicio yo —dijo, apoyando su mano en el pecho—. He reprobado dos materias este semestre, odio el periodismo y estoy comprometida.

—No —exclamó Marinette, viendo como la chica elevaba su mano para mostrar el anillo de compromiso que brillaba en su dedo— ¡Qué emoción!

—¡Nino! —Adrien chocó puños con él—. Chicos, felicitaciones.

—Gracias, Adrien —respondió el chico—. Ahora diré los míos: Estoy comprometido, nunca he recibido un beso —aquello hizo que sus amigos se rieran— Y... me invitaron a participar en el festival de Cannes por el corto que hice este semestre.

—Que manera de dar grandes noticias ustedes dos. —exclamó Adrien, que, de la impresión, había dejado caer la cuchara que tenía en la mano.

—¿De verdad? —Marinette junto frente a ella las manos muy emocionada—. Eso es magnífico, Nino, muchas felicitaciones.

—Y no es todo —dijo Alya, mirando a su amiga—. Queremos que hagas la ropa que Nino llevará al festival.

—¿De verdad? —Marinette se apoyó en la mesa para ponerse de pie—. ¿Quieren que yo?

—Sería un honor para mí —dijo Nino—. Me conoces bien y sabes que cosas me gustan, así que no podría confiar en nadie más.

—Nino —dijo, sentándose con un leve puchero en sus labios de lo emocionada que estaba.

—Bueno, les toca —dijo Alya, señalándolo.

—No sé si lo que diga será tan impactante —comentó Marinette, tomando su copa para beber un poco para armarse de valor—. Bueno, me gusta diseñar ropa, el mouse de chocolate que estoy comiendo sabe muy bien con el vino y... —apegó la copa sobre sus labios—. Llevo dos años saliendo con alguien en secreto.

—¿Cómo? —Alya fue ahora la que se puso de pie—. ¡Marinette! ¿Cómo puedes ocultarme algo así por dos años?

—¿Esa es verdad? —Nino miró a su prometida y a su amiga, sorprendido.

—Marinette no ha tocado su mouse después de la primera cucharada —le indicó, mostrándole—. Pero, como amiga, ¿cómo es posible que...? Y en eso se quedó callada—. Oh mi Dios, ¿es él verdad?

Adrien y Nino se miraron confundidos por el secreto que circulaba entre ambas chicas.

—Tal vez sí, tal vez no —respondió Marinette, haciendo que Alya estuviera por un lado sumamente eufórica, pero por otro lado decepcionada de si misma por no olfatearlo con anterioridad.

—Bien, Adrien —dijo, Nino—. Terminemos la ronda, ¿tienes alguna bomba que revelar también?

Adrien terminó de comer su mouse con una sonrisa.

—Este mouse estaba deliciosa, extraño trabajar de modelo y —estaban todos expectantes, porque sabían que la tercera era verdad también—. Estoy muy enamorado de alguien de aquí.

Alya automáticamente lanzó sus brazos hacia Nino para protegerlo.

—Él es mío —protestó. Haciendo que Adrien se riera y Marinette terminara de vaciar su copa de vino, al ver los gestos lo comprendió— No, no pudieron hacernos esto —dijo, soltando a su prometido, mientras miraba a la pareja frente a ella—. ¿Llevan dos años juntos y no nos han dicho nada?

—Digamos, que estamos mudándonos juntos y por eso, lo estamos revelando ahora —comentó Marinette sin ser capaz de mirar a su amiga.

—¡Pero, ¿por qué mantenerlo oculto?!

—Tú sabes por qué —le respondió Marinette tocándose la oreja—, ahora, todo está en paz, creo que ya no es necesario que nos ocultemos de ustedes ni de mi familia.

—¿Ellos tampoco sabían?

—Era una relación secreta de solo dos personas —respondió Adrien tomando el mouse que Marinette no se comió—. Son los primeros en enterarse.

—Estoy impactada —dijo Alya, apoyándose contra la silla—. Pensé que íbamos a sorprenderlos y terminamos sorprendidos.

—Velo así —dijo Marinette con una enorme sonrisa—. Todos tenemos grandes noticias para compartir esta ocasión.

Alya se lo concedió, retomando una conversación amera, entre todas las cosas que estaban por venir para este cuarteto a partir de ahora. 

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Tengo muchos minirelato que subir. A ver si me pongo al día, durante esta semana :) 

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