El Correo

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Carla- no digas eso...

Zeke- es la jodida verdad lo que pasa es que son muy tapadores como para darse cuenta, Eren tuvo cientos de problemas con ustedes y aún así lo tenían en un pedestal, ¿se acordaba alguien de mí?

Grisha- ¿no estás muy grande como para este tipo de cosas?

Zeke- ¿para "este tipo d- ¡estoy reclamando la falta de atención!

Carla- Zeke no seas idiota, perdón por llamarte así, pero cada vez que intentetamos acercarnos estabas peleando por tus celos injustificados, te amo como si te hubiera dado a luz y eso nunca va a cambiar, eres mi niño grande y Eren te adora, siempre lo hizo pero tu nos alejabas

Grisha- no tiene coherencia lo que reclamas, ahora Eren está luchando con muchas cosas negativas, deberías en tu próximo viaje visitarlo y arreglar las cosas

Zeke- ustedes solo... Olvidenlo jamás van a comprenderme

Rechazó el abrazo de su madre, ella no lo había traído al mundo pero si se lo mostró, desde sus 5 meses de nacido estuvo en su vida y ya era mamá, Carla y Grisha nunca lo dejaron de lado, incluso fue un poco más preferido que Eren ya que le temían al vacio que podía causarle no conocer a su verdadera madre, siempre estuvo al tanto de que Carla lo amaba como una verdadera madre pero también de que biologicamente había otra unida a él, sólo estaba fuertemente aferrado a su adolescencia, donde Eren era un chico hiperactivo en cuanto a problemas, él hizo muchas cosas pero siempre eran opacadas por tonterías de su hermano menor, de ahí su disgusto.

Salió del apartamento con un sentimiento de rechazo enorme hacia la idea de volver a ser una familia completa, Eren simplemente le parecía un mimado molesto, la última vez que se hablaron ni siquiera tenía planes de tener hijos, no conocía a sus sobrinos y es que al enterarse de que se iba a casar con su mejor amigo cortó royo, Farlan y Zeke fueron inseparables desde niños y al final Eren también se llevó eso, sabía la regla se hermandad pero la quebranto mil veces frente a sus ojos, y así no podía vivir a su lado.

Frieda- ¿lograste tu obj-

La esposa del rubio fue apartada del camino con un simple movimiento, ella sacó un cigarrillo y lo encendió para luego colocarlo en los labios de su molesto esposo, ella era su gran alivio para olvidar que se sentía "descuidado" por su familia, no era capaz de llevarle la contraria, prefería verlo feliz con ideas herroneas y eso era su más grande error.

Zeke- si me miras así olvidaré mi enojo

Frieda- ¿quieres ir a comer?, yo pago

Zeke apoyó su rostro contra su auto, lo abrió y se sentó en el asiento del conductor para luego darle paso a su esposa a que se sentara en sus piernas, le tocó su vientre de 4 meses y le dio un beso en la mejilla, su esposa, sus 5 hijos, y su perro eran todo su mundo, nunca haría nada que no fuera convivir con ellos y darles lo que supuestamente nunca tuvo.

Frieda- tienes que dejar de fingir que no lo extrañas, tiene 5 sobrinos y uno en camino que no conoce, y sus gemelos tampoco saben de tu existencia, vámonos a reparar lo que tanto te duele, son familia y eso no lo va a quitar nada

En otro lugar

Derian se retorcía en su sillita mientras Levi intentaba darle puré de frutas para su merienda, él niño lloraba a mares y no quería para nada hacer caso a las palabras del azabache que pedía su tranquilidad, Dey no estaba llorando pero en cualquier momento podría adoptar esta conducta, Levi harto dejó de mala manera el plato en la mesa, tomó al bebé y empezó a meserlo, Derian era el más fácil de calmar así como era de llorón, entre maldiciones entre dientes Levi bajó la mirada y notó esos pequeños puntitos blancos, estaba incómodo por la aparición de esos dientesitos.

𝙔𝙖 𝙥𝙖𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚 𝙡𝙤𝙨 20. (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora