En Casa

276 60 9
                                    

Luego de que Levi se fuera al igual que los niños con su padre la soledad lo abrumo un poco y decidió contactar con Armin, Pieck seguía siendo su amiga pero después de lo que pasó con Hanji sentía que no era lo mismo, ¿cómo es posible que fuera tan fácil hacerla tambalear de lo correcto?, incluso conociendo a Eren desde hace tanto, eso fue como un cuchillo al corazón pero no quiso profundizar más el tema con ella, y simplemente no empeorar todo, estaba celoso pero no al punto de inventar cosas, si lo hicieron mal y estaba en todo su derecho de molestarse.

Se miró al espejo y sonrió tan contento, él doctor le dijo que no habían efectos secundarios pero se sentía ligero, demasiado podría decirse.

Apretó su pequeña pancita y observó ese royito que sus hijos solían pisar cuando los paraba en su regazo, tenía anchas caderas y un trasero abundante, no era una Kardashian pero tenía suficiente para verse como una P mayúscula de costado, sintió mucho gusto al recordar las palabras de Levi, no eran pocas las veces que lo abrazaba y apretaba, su fina nariz se posaba entre sus pectorales y le decía con dificultad al hablar por estar hundido en él que era suave como una verdadera vaquita.

Armin le contestó con un audio y no dudó en prestarse para ser su compañero en este pequeño trance de soledad, además iba muy contento, su esposo y él estaban pasando un momento majestuoso en su matrimonio.

Fue a la cocina y comenzó a preparar unos bocadillos, ya no escatimaba en calorías como antes, la lechuga ya ni la recordaba, comía lo que le apetecía sin poner pero alguno, verse joven y esbelto ya no era cosa suya.

Eren- hm, esa música

Algo que Eren tenía olvidado era el teléfono de la junta de vecinos, era un teléfono fijo de casa en el cual estaban todos los números de otros teléfonos de esos mismos que le regalaban a cada nuevo vecino, elegías el número de la casa y allí llegaba tu llamada, esto era para no tener que compartir cosas privadas como número personal, y porque así podrían contactar con todos más rápido.

Sin pensarlo llamó a la casa de al lado y le contestó Jean, casi no lo dejó hablar por ende no pudo explicarle que no estaba permitido ese escándalo, así que tuvo que ponerse ropa más adecuada y salir a decirle, tenía unas ganas de pelear con esos vecinos solo por la rivalidad de las empresas.

En la puerta de aquella casa que antes era templo del silencio se dio cuenta de lo desorganizados que eran sólo por la entrada, la alfombra muy mal puesta, macetas vacías, y huellas de zapatos por todas partes, le hizo mala cara al timbre ya que no deseaba tocar nada relacionado a ellos pero no tuvo opción.

El sonido del timbre hizo competencia con la música hasta que él muchacho se dio cuenta, con una botella de cerveza abrió la puerta y se recostó del marco de la misma mirando con cariño al castaño, y no podía dejar de pensar en que Levi comía como un rey.

Eren- más te vale que bajes esa música

Jean- hola Eren, ¿ya te sientes mejor?, veo que sí, oye no sé que pase por aquí pero a mi me deprime este lugar, así mismo suena un cementerio, ¿no te alegra que se note que por aquí vive más gente?

Eren- en lo absoluto, escucha música para ti no para el vecindario

Jean- hm, está bien, ¿y Levi?

Eren- siendo productivo en un curso, ¿tu no trabajas?, ¿o qué?

Jean- pues por ahora no, soy joven y atractivo ya es mucho trabajo eso, no me puedo poner más peso encima

Eren- lo que me faltaba, escandaloso, mantenido, y con delirios de guapo, mira no te quiero en mi casa nunca más porque no hay nada que se pegue más rápido que la vagancia y mi muchacho es muy productivo

𝙔𝙖 𝙥𝙖𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚 𝙡𝙤𝙨 20. (terminada) Where stories live. Discover now