Capítulo 38

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A la hora de la cena todos volvieron a reunirse, solamente que en esta ocasión Ágata si los acompañó, en cuanto se sentó a la mesa le pidió a Juana que por favor le subiera la cena a Renata y ella enseguida se fue a la cocina para cumplir su orden, un silencio incomodo se formó en la mesa y la nana decidió romperlo, desde que había vuelto a la casa había notado la mejoría de Paula y no había tenido oportunidad para comentar sobre eso.

Nora: Paulita, te veo bastante más repuesta -Sonrió mientras la veía.

Paula: Y lo estoy -Sonrió ampliamente. Gracias a sus caldos y a los cuidados de mi esposo creo que estoy recuperando fuerzas -Le dijo.

Nora: Me da gusto -Dijo sinceramente.

Manuel: Yo no sé que haríamos sin los consejos de la nana -Sonrió mientras la veía.

Isabel: Es la mejor -Asintió.

Nora: No exageren -Dijo un poco avergonzada.

Mayte: Dicen la verdad, nanita -La abrazó. Yo no sé que haría si me faltaras -Suspiró.

Hanna: Pero no pienses en eso, May -La miró. La nana nos va a enterrar a todos -Bromeó.

Mayte: Tienes razón -Asintió mientras le daba un beso en la mejilla a su nana.

Siguieron cenando mientras hablaban de cualquier cosa para cambiar la conversación, todos estaban muy animados y hasta a Nora se le hacía muy extraño que Gerardo se estuviera comportan tan agradable,

Manuel: Renata ya tiene sus cosas listas? -Preguntó mientras veía a su tía.

Ágata: Te recuerdo que no tiene nada -Lo miró seriamente. Lo poco que le compré ya lo está empacando, pero se va a ir mañana con calma -Le dijo.

Manuel: Perfecto, cuando regrese del trabajo ya no la quiero aquí -Suspiró.

Isabel: Si quiere el chófer la puede llevar a dónde sea que vaya -Dijo amablemente.

Ágata: Espero que ya estés contenta -Dijo mientras veía a Mayte.

Mayte: Esa decisión no fue mía, señora -Dijo seriamente. Renata actuó mal cuando le dimos la confianza de estar en esta casa y solamente está pagando las consecuencias de sus actos -Suspiró.

Hanna: Es verdad -Asintió. Es un asco lo que hizo -Rodó los ojos.

Gerardo: Bueno ya, vamos a dejar ese tema a un lado -Dijo para cambiar de tema.

Ágata: Estoy muy decepcionada de ti -Dijo mientras lo miraba. Pensé que eras un buen amigo de Renata y que le tenías aprecio, pero veo que no es así -Bufó.

Gerardo: Mamá, por favor, yo no tengo absolutamente nada que ver en este tema así que no me quieras chantajear -Dijo seriamente. Ya basta -Dijo molesto.

Paula: Amor, tranquilo -Acarició su espalda. No te pongas a pelear con tu mamá, por favor -Le pidió.

Ágata: Hazle caso a tu esposa -Se rió.

Hanna: Gerardo ya -Lo miró.

Gerardo asintió y decidió ignorar los comentarios de su madre, siguieron cenando mientras platicaban tranquilamente, la nana les contó lo bien que le había sentado el descanso y las chicas le hicieron saber lo mucho que la habían extrañado, a todo eso Ágata se mantenía al margen, estaba muy concentrada analizando a su hijo pues no podía entender el porque de su repentino cambio de actitud, no sabía si era verdad o si simplemente estaba fingiendo, pero se iba a encargar de averiguarlo.

Después de la cena todos se fueron a sus habitaciones para descansar y Ágata le pidió a Gerardo que se quedara un momento, lo llevó a la biblioteca para que la acompañara a tomarse una copa y así poder descubrir que demonios le pasaba, no sé tragaba el cuento de que de la nada se hubiera convertido en un mandilón.

Solo tú Where stories live. Discover now