Capítulo 66

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Mientras uno de los matrimonios Mijares descansaba tranquilamente a un par de habitaciones el otro se encontraba en una situación en la que hace mucho tiempo no estaba, después de la cena habían vuelto a su habitación para hablar sobre como se habían sentido estando más tiempo juntos ese día, ambos habían asegurado que les había hecho mucho bien y las palabras comenzaron a sobrar cuando los besos se hicieron presentes, poco a poco todo tomó intensidad y ahora se encontraba recostados en la cama mientras él reconocía su cuerpo caricia tras caricia.

Gerardo: Estás segura que quieres que siga? -Suspiró mientras la veía.

Paula: Si, esta noche solo quiero que me ames -Dijo mientras acariciaba su espalda.

Gerardo: Siento que esto es un sueño y que no voy a tardar en despertar -Suspiró mientras pegaba sus frentes.

Paula: No es un sueño -Dijo mientras acariciaba su mejilla. Esto es real Gerardo, quiero estar contigo -Le aseguró.

Gerardo sonría y volvió a besarla, esa noche volvieron a pertenecerse mientras se hacían nuevas promesas, parecía que aquel amor que daban por muerto aún tenía la oportunidad de revivir y volver a lo que un día fue, al terminar con el encuentro pasional ambos se quedaron abrazados y se dijeron algunas palabras de amor, cuando el cansancio los venció quedaron profundamente dormidos y no despertaron en toda la madrugada como solían hacerlo normalmente por culpa del maldito insomnio.

A la mañana siguiente la familia volvió a sorprenderse al verlos llegar al comedor con una sonrisa de oreja a oreja, Gerardo se estaba portando muy caballeroso con ella y Paula estaba siendo demasiado coqueta con él, después de abrirse nuevamente a una oportunidad con Gerardo se había dado cuenta que lo que pudo haber pasado con Damián sería el error más grande de su vida, no lo amaba, solo le había dado la comprensión que necesitaba el momento más difícil de su vida y eso la había llevado a confundirse, esperaba que en algún momento él pudiera entenderlo y las cosas volvieran a ser como antes pues no quería verse en la obligación de renunciar a un trabajo que le encantaba si las cosas se tornaban más incómodas de lo que ya empezaban a ser.

Mayte: Buenos días -Sonrió.

Paula: Buenos días a todos -Dijo mientras se sentaba a la mesa.

Gerardo: Que bonito está el día, no? -Preguntó mientras sonreía.

Nora: Si, muy bonito, parece que hoy el sol salió para todos -Dijo contenta.

Isabel: Me encanta que la felicidad vuelva a inundar esta casa -Dijo sinceramente.

Hanna: A mí también -Asintió. Otra vez se respira tranquilidad -Sonrió.

Manuel: De verdad que se les ve una energía completamente diferente -Sonrió mientras los veía.

Gerardo: Yo creo que es la felicidad -Dijo mientras besaba la mejilla de su esposa.

Ágata: No saben que gusto me da verlos así -Sonrió ampliamente. Presiento que el otro heredero llegará pronto -Suspiró con ilusión.

Gerardo: No tenemos prisa mamá, ya te lo dije, si Paula y yo tenemos un bebé será cuando Dios quiera -Dijo seriamente pues no quería que su esposa se incomodara.

Ágata: Pues ojalá que quiera pronto -Se rió.

Hanna: Cambiemos de tema, por favor -Les pidió.

Ágata: Bueno, entonces vamos a hablar de Isabel y su nuevo noviecito -Dijo mientras veía a su sobrina.

Isabel: Nicolás no es mi novio -Negó rápidamente.

Ágata: Pues peor aún, se me hace de muy mal gusto que venga a verte en la madrugada como si fuera un delincuente, encima anda en moto y está lleno de esos dibujos horribles que se hacen los carceleros -Dijo con cara de desagrado.

Solo tú Where stories live. Discover now