Capítulo 73

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En cuanto amaneció el par de mujeres se levantó para darse una ducha e irse al hospital lo más pronto posible, estaban ansiosas por ir a ver a Manuel, esa mañana Isabel ocupó la habitación de huéspedes y Mayte dejó abierta la invitación para que se quedara ahí cuando ella quisiera, su cuñada le dió las gracias y le aseguró que cuando su sobrinito naciera iba a ir a quedarse para ayudarla en lo que fuera necesario, una vez que estuvieron listas bajaron a desayunar muy rápido pues sabían que Gerardo iba a llegar pronto y la nana no iba a dejar que se fueran con el estómago vacío.

Nora: Se comen todo mis niñas -Dijo mientras se sentaba a la mesa.

Mayte: Si nana, tú no te preocupes -Dijo mientras tomaba de su jugo de naranja.

Isabel: Todo está muy rico, gracias nanita preciosa -Sonrió.

Nora: Les hice el desayuno con mucho amor para que les suban esos ánimos -Sonrió.

Mayte: Eres la mejor del mundo nana, gracias -Sonrió.

Isabel: Ya quiero que llegue Gerardo, me urge ir a ver a mi hermano -Dijo mientras desayunaba de prisa.

Mayte: Seguro no debe de tardar, le mandé un mensaje a Paula y me dijo que estaban cerca -Dijo mientras desayunaba de igual manera.

Siguieron desayunando y una vez que terminaron la nana recogió la mesa, ellas subieron a lavarse nuevamente los dientes y cuando bajaron pasaron a la sala para sentarse y esperar a que Gerardo llegara, unos 10 minutos más tarde él llegó, ellas enseguida se levantaron pues estaban impacientes por llegar al hospital y ver a Manuel, solo les dieron los buenos días y ni siquiera los dejaron pasar de la entrada, ambos entendían la situación así que no le dieron gran importancia y solamente subieron al auto para llevarlas a donde tanto ansiaban llegar.

Una vez que llegaron al hospital Gerardo se encontró con el doctor de Manuel, enseguida el hombre se acercó a ellos y comenzó a informarles cómo había evolucionado Manuel en las últimas horas, Mayte e Isabel lo escuchaban con muchísima atención y se quedaron tranquilas al saber que todo estaba bien, también les dijo que si todo seguía así Manuel iba a poder irse a casa en menos de lo esperado.

Gerardo: Gracias doctor, nos deja muy tranquilos con todo lo que nos ha dicho -Sonrió mientras abrazaba a su esposa.

Doctor: No tienen de qué preocuparse, su primo acaba de despertar hace rato, le hicieron un chequeo para valorizar su estado y está en perfectas condiciones, solo queda que se curen los golpes y estará como nuevo -Le informó.

Ágata: Sabía que mi sobrino estaría bien -Sonrió.

Gerardo: Esas son buenas noticias -Sonrió. Su esposa y su hermana están ansiosas por verlo, cree que eso esa posible? -Le preguntó.

Doctor: Si, por supuesto que si -Asintió. En estos momentos deben estar subiendole el desayuno, pero no hay problema si ellas dos pasan a verlo -Les dijo.

Ágata: No sería mejor que descansara? No creo que le haga bien recibir molestias -Dijo seriamente.

Gerardo: Por favor no empieces mamá -Suspiró.

Doctor: Yo creo que le hará muy bien ver a su esposa -Dijo sinceramente.

Mayte: Gracias, seguro se va a poner muy feliz de vernos -Sonrió mientras acariciaba su pancita.

Isabel: Podemos ir ya? -Preguntó con impaciencia.

Doctor: Si, vengan conmigo -Sonrió.

Sin perder más tiempo las dos siguieron al doctor y enseguida las llevó a la habitación en la que estaba Manuel, la enfermera se encontraba acomodándole el desayuno para que se le hiciera fácil poder comérselo, en cuanto él alzó la mirada se encontró con su esposa y con su hermana viéndolo con cara de felicidad, cuando sus ojos y los de Mayte se miraron fijamente fue inevitable que sonrieran, su esposo estaba de vuelta y parecía muy feliz de verla, pero había algo en él que se le hacía desconocido, su mirada reflejaba algo que no podía entender y que quizás cuando lo hiciera no le gustaría, la primera en romper el silencio fue Isabel y no perdió la oportunidad de hacerle saber a su hermano lo feliz que estaba de que estuviera bien.

Solo tú Où les histoires vivent. Découvrez maintenant