capítulo 40

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El rompecabezas se va armando...

(Todo esto ocurre en el departamento de policía del estado de California)

Thomas

Un café negro cargado es todo lo que me a acompañado en toda la noche, siento qué mi cabeza va a explotar de un momento a otro, investigar la muerte de este tipo que aparentemente no era un santo me está sacando canas verdes.

¿Qué juez en su sano juicio liberaría a un criminal?- me pregunto y automáticamente se me viene la respuesta "¡Un juez corrupto, es obvio!" Releo nuevamente los informes para ver si encuentro algún detalle qué tal vez no vi.

-¡Thomas, tienes que ver esto!- entra Kevin exasperado recargando su mano en la puerta.

Me pongo de píe y camino hacia donde el se encuentra -¿Qué pasa?- le preguntó.

Caminamos hasta dónde se encuentra la pantalla de televisión y veo qué están dando un boletín informativo.

"¡Hace algunas horas han asesinado al joven Nicolás Mcfly en el ala sur de la la Universidad de California, según los informes fue una riña de bandas...!"- me pasó las manos por mi cabello logrando qué se alborote -¡Vamos Kevin, tenemos qué investigar eso!.

-Pero...los de casos internos están ahí- dice yo volteo a verlo con el ceño fruncido.

-¡Me vale un carajo que los de casos internos estén ahí, nosotros somos los detectives de este jodido lugar!- digo tomando mi chaqueta y dando un portazo.

A los cinco minutos sale Kevin del lugar, camina hasta el auto y abre la puerta -Deberías relajarte, el caso todavía no nos explota en la cara- dice viéndome.

Arrancó el auto acelerando haciendo que las llantas emitan un chillido, el sonido de la sirena anuncia que necesitó espacio en la carretera lisa por la lluvia que ha dejado de caer hace algunas horas.

-Solo no quiero que casos internos crea que es su jurisdicción cuándo no lo es- espetó girando el volante para cruzar a la derecha.

Al llegar a la escena del crimen el cuerpo sin vida de Nick está tendido por el largo pasillo olvidado de la UCLA al verme el jefe de policías me saluda con un asentamiento de cabeza.

Me detengo a pasos del cuerpo cuándo los agentes Ramírez y Ortega caminan hacía nosotros con una sonrisa sarcástica dibujada en su rostro -Creó qué ahora es nuestro caso, Thomas- dice haciendo énfasis en mi nombre -Puedes retira...- lo tomo del cuello de su camisa y lo jaló hacía mi.

-¿Crees que puedes decirme que hacer?- gruñó sin soltarle -Te guste o no esté caso es mío, si tú quieres puedes pasar a mi oficina para qué pueda darte un informe, sin más qué decir puedes pasarte tú y tu estúpido amigo tu jodido argumento por donde no les pega el sol- lo suelto de mi agarre empujándolo hacía atrás.

Ellos me fulminan con la mirada alejándose del lugar murmurando cosas que me valen un carajo, me acercó más y poniéndome de cuclillas noto algo interesante -¿Kevin, recuerdas qué arma tenia Johnny McCain cuándo lo encontraron?- le preguntó y este se acerca hacía mí y se pone de la misma forma qué yo.

-Creó qué era una nueve milímetros- dice poniéndose los guantes de látex para tomar el arma -Está también es una nueve milímetros y mira, el disparó es con el mismo calibre de la bala.

-¿A nombre de quién está la primera arma qué encontramos?- le preguntó.

-A nombre de un tal Scott Harrison- dice revisando su teléfono.

Peligrosa Obsesión: Por Siempre Mía ©. ✔Terminada (Libro #1)Where stories live. Discover now