Peligrosa Obsesión: Por Siempre Mía ©. ✔Terminada (Libro #1)

Capítulo 54

Caída en picada: "La verdad duele más qué una mentira"

Jazmín

Aceleró por las calles de California, me vale un carajo si la policía quiere infraccionarme por pasarme las señales de alto y semáforos, lo único que me importa es saber si mi padre estará bien de ahí no me importa nada.

Al llegar al hospital, estacionó mi auto a como puedo y corro hacía adentro hasta llegar al registro, una enfermera se me queda viendo de pies a cabeza con el ceño fruncido -No puede correr por...

-¡Dónde está mi padre!- le grito hastiada y enojada, su voz chillona me estresa a un nivel de quererle clavar el bisturí que tiene algún doctor en uso.

-¿Nombre del...

-¡Bruce Sky!- gruñó golpeando la cerámica con mis palmas -¿A dónde está?.

-Está en cirugía, señorita...- dice dubitativa, sin tratar de verme ahora a los ojos -puede esperarlo en la sala de espera- termina de decir y yo asiento.

Camino hacía las sillas de la sala de espera, esperar se me hace eterno siento como las horas van pasando más y más lentas a modo de que el estrés y la ansiedad se apoderan de mí, muevo mis pies inquietante mientras me trono mis dedos.

Los segundos se hacen minutos, los minutos se hacen horas y no veo respuesta alguna, le he hablado a Ethan pero este no responde a su teléfono a seguro a de estar con Jayden en la morgue en estos momentos reconociendo el cuerpo de Alondra.

Todo es mi culpa, si no la hubiera dejado sola esto nada hubiera pasado.

Mi trasero lo siento entumecido por las largas horas de espera, un doctor sale de una puerta limpiándose la sangre que lleva en sus manos -¿Familiar de Bruce Sky?- pregunta y yo me levantó como un rayo.

-Soy su hija- le digo al doctor -¿Cómo está mi padre?.

-Lo hemos inducido a un coma...- al escucharle decir cada palabra siento como estás pasan en super cámara lenta, yo niego repetidas veces y el doctor pone sus manos en mi hombro -señorita, tenía las costillas fracturadas, contusiones en el rostro y una hemorragia interna en el cerebro.

-¿Puedo verlo?- le digo ya con mis lágrimas en mi rostro -Por favor.

El asiente y me lleva hasta donde está mi padre, al entrar a la habitación lo veo tendido en la cama, con todas esas máquinas, el tubo de oxígeno en su boca, las vendas cubriendo su cabeza, su rostro magullado por el golpe -¡Papa!- le hablo con voz rota tomando su mano con delicadeza.

-¡Perdóname, papá!- le hablo aunque se que no me va a responder -¡No me dejes papá, por favor no lo hagas!- digo cayendo de rodillas a su lado mientras lloro cómo una niña pequeña.

Me siento sola, pequeña y frágil...necesitó que me digas qué todo va a estar bien y que nada malo va a pasar.

Levanto mi rostro para verlo y apretó no tan fuerte su mano -Te prometo que encontraré al que te hizo esto y me las va a pagar- le digo poniéndome de pie y camino hasta la puerta -Adiós papá- digo saliendo de ahí.

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Nunca pensé revivir está pesadilla, el volante lo apretó para canalizar mi ira pero es inútil, al llegar a la residencia lo cierro con un portazo y subo las escaleras y entro a la residencia.