Capítulo 83. Una noche para olvidar.

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Era de madrugada cuando el cuerpo en reposo de Vanesa comenzó a moverse de un lado a otro, de la nada empezó a agitarse, incluso haciendo con sus manos aspavientos. Iba acorde con la noche que había, con una lluvia fuerte y descontrolada. El sudor se apoderó de su rostro y unas frías gotas se deslizaron por sus sienes, cayendo por las mejillas. Ella aún tenía los ojos cerrados.

Olivia, que se encontraba con su brazo sobre el abdomen de la inspectora, se despertó al sentir el cuerpo de la otra mujer moverse violentamente. Vanesa estaba teniendo una pesadilla, o eso creyó la forense. Decidió no despertarla al momento porque podría resultar peor cuando Vanesa despertara. Esperó pacientemente a que la mujer despertara por sí sola o se relajara de nuevo y siguiera durmiendo. Hasta que finalmente Vanesa se incorporó de la cama.

La forense se asustó cuando vio el rostro de Vanesa lleno de gotas de sudor resbalando por su piel. Hasta que ésta abrió los ojos de golpe. La piel de Vanesa estaba helada.

-¡Lo tengo, lo tengo!¡Por fin lo tengo!- Gritó desesperada la inspectora mientras Olivia se mantenía impávida a su lado.

-¿Qué es lo que tienes, Vanesa?- Le dijo Olivia intentando que su voz fuera lo más relajada posible, a pesar del momento que estaba viviendo con la inspectora. Eran las tres de la mañana y Olivia se encontraba muy agitada al desconocer qué era lo que tenía su compañera de cama.

-Joder, Olivia. El cabrón de Álvaro nunca actuó sólo.

-¿Qué?- Contestó Olivia sin poder creerse lo que acababa de decir Vanesa. Estaba claro que la mujer acababa de tener una pesadilla. No tenía sentido lo que Vanesa había dicho. Por lo menos a esas horas de la madrugada.

-Lo que has oído Oli, que Álvaro nunca actuó sólo. Por eso llegamos a pensar que Álvaro parecía dos hombres totalmente diferentes. Es más, él ha sido un títere para su maestro.-Dijo Vanesa levantándose bruscamente de la cama. Comenzó a dar vueltas por toda la habitación nerviosa -no sé cómo no lo vimos antes, Oli, no lo sé.

Olivia estaba muy asombrada. No sabían qué pensar. Necesitaba que Vanesa siguiera hablando y acabara contándole todo lo que le rondaba en su cabeza.

-Olivia, nos hemos centrado en toda la investigación en Álvaro, pero aquí la cabeza pensante de todo ha sido su psiquiatra, Carlos.

-¿Qué estás diciendo?- Le preguntó Olivia muy sorprendida.

-Carlos, el psiquiatra, encontró en Álvaro la horma de su zapato. Comenzó a tratarlo cuando era crío y conforme avanzaba con él, se dio cuenta que podía tener lo que buscaba en ese chico, porque a esas alturas lo conocía a la perfección. Sabía cuáles eran sus puntos fuertes y cuáles los débiles. Es decir, en él encontró a alguien que le hiciera el trabajo sucio en sus deseos más sádicos y perversos. No le valía cualquier paciente suyo. Sabemos que Carlos es un hombre carismático, y tremendamente ordenado y limpio, porque lo pude ver con mis propios ojos cuando visitamos su consulta. Y Álvaro, que es más descuidado, desordenado e impulsivo, además de que carece de carisma, por lo que su padre nos ha dicho de él. Según Álvaro padre, su hijo es "antisocial". Aunque reconozco que me confundió cuando vi el sótano de la casa de Álvaro muy ordenado. Pero eso fue porque en todo este tiempo Carlos terminó influyendo en Álvaro en cierto modo. Pero ambos tienen unos gustos comunes, sobre todo por el sadismo sexual. Carlos no podía llevar a cabo él mismo los asesinatos o los videos gore, porque tiene una reputación que mantener y cuidar, mientras que Álvaro no pierde nada llevando a cabo los deseos de Carlos, porque además él mismo desea lo mismo que el psiquiatra. Así pues, no ha sido Álvaro el que usó a Carlos engañándolo para que éste nos diera un diagnóstico erróneo, sino que fue al revés. Y Carlos sí nos ha dado un diagnóstico de Álvaro equivocado, pero lo ha hecho adrede, para desviar nuestra atención.

-Joder, Vanesa, ahora sí veo sentido a lo que estás diciendo.

-Espera, que no he acabado de atar cabos. Carlos es un hombre con mucho dinero, su consulta la tiene en la calle Recoletos. Así que estoy segura que tiene que tener más viviendas a su nombre, de su propiedad.

-¿A dónde quieres llegar, Vane? Estoy perdida, joder, es de madrugada y a estas horas mis neuronas se encuentran en el quinto sueño.

-Que debe de tener un domicilio donde tiene a Álvaro haciendo de las suyas. Todo el tiempo que no pasa con su padre, lo pasa en un domicilio que le facilita Carlos. Y me aventuraría a confirmar que ese domicilio tiene un sótano donde Álvaro comete sus fechorías.

-Vanesa...Puedes estar en lo cierto, pero...Eso lo acabas de soñar, ¿Cómo vas a movilizar a tu equipo, de madrugada, diciéndoles lo que acabas de soñar?

-Oli, hay que tirar por ahí. Es posible que García esté ahora en comisaría mientras el equipo está buscando a la chica. Le voy a pedir que busque las propiedades que tiene Carlos, y que me facilite la dirección de un domicilio con sótano -le dijo Vanesa totalmente excitada - sólo movilizaré a García, porque tienes razón, no puedo llevar a todo el equipo a una casa de Carlos, porque como luego yo no esté en lo cierto, se me van a echar encima.

-Pero, ¿Y si no tiene propiedades?¿Y si las que tiene son apartamentos céntricos? Cabe esa posibilidad...

-Estoy cien por cien segura que tiene alguna con un sótano, y espero, por nuestro bien, que sólo tenga una, porque no estamos para perder el tiempo. Ya lo verás. García me va a dar la información que quiero.

A Olivia le costaba darle la razón a Vanesa, porque la hipótesis de la inspectora había venido directamente de una pesadilla, entonces, ¿Qué había de cierto en lo que había soñado Vanesa? Porque si lo pensaba bien, esa hipótesis podría ser totalmente cierta.

Vanesa se dispuso a llamar a su compañero por teléfono. Necesitaba cuanto antes que éste buscara toda la información que ella necesitaba sobre Carlos. Y de hecho, si tuviera más tiempo, buscaría más información personal sobre el psiquiatra, porque no podía atacarlo ni culparlo sin ninguna prueba. Necesitaba saber cómo era en realidad ese hombre de fachada impoluta, porque ahora tenía más que claro que ese hombre estaba podrido por dentro y que su fachada física era una careta o máscara que mostraba a la sociedad para tapar el monstruo que debía llevar dentro. Pero aún con todo, ella sabía que estaba en lo cierto, y además no tenían tiempo que perder, la vida de una chica desaparecida corría peligro. De que ella actuara de forma rápida y eficaz dependía que esa chica pudiera mantenerse con vida. Ya bastante había tenido con las muertes de Pilar y de Isabel, y con la desaparición de Carmen, como para tener que llevar a sus espaldas otra muerte más.

Cuando García cogió la llamada, le sorprendió que Vanesa le llamara a esas horas, eso significaba que como mucho su compañera habría dormido unas tres horas. Vanesa le contó de forma breve todo lo que acababa de descubrir gracias a la pesadilla que había tenido, y aunque al principio García no daba crédito, finalmente le pasó como a Olivia, dándole la razón a Vanesa porque su hipótesis no era nada descabellada y podría ser la clave para por fin detener al psiquiatra, y a su cómplice Álvaro.

En efecto, García se encontraba en comisaría, por lo que pudo acceder rápidamente a la información que necesitaba Vanesa.

Le llevó un rato encontrar lo que Vanesa estaba esperando que encontrara, y conforme leía la información en la pantalla del ordenador, los ojos de García se abrieron como platos.

Malasaña I. (5° Historia)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon