Capítulo 99. El interrogatorio (parte 2)

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-¿Por qué a Isabel la matasteis en el bosque? ¿Por qué con ella no seguisteis vuestro ritual de llevarla a casa de tus abuelos?

-Porque el imbécil de Álvaro se descontroló. La chica luchó más de la cuenta, y eso le excitó ahí mismo a Álvaro, por lo que la asfixió y luego la violó ya muerta - con esos datos García sabía que Carlos le estaba contando la verdad. Esos datos no los conocía nadie - sabe…Intenté imponer orden a Álvaro, pero no lo conseguí. Él era desordenado, no era limpio y encima era muy impulsivo. Sabía que así no llegaría lejos. Y para colmo pudimos llevarnos el cadáver de Isabel pero oímos a lo lejos un hombre con su perro merodeando por ahí, entonces tuvimos que irnos sin el cadáver. Por cierto, inspector, ¿Has visto ya alguno de los vídeos que hizo Álvaro?

-No, no he visto ningún vídeo. De ese trabajo se encargan otros compañeros especializados en informática. 

-Te puedo contar cómo disfrutaba Álvaro llevándolos a cabo. Con la sierra, con el martillo…¿Viste cómo dejó la cara a Pilar? Totalmente desfigurada. Joder, el placer que nos dio a los dos. A él cuando lo hacía, y a mí cuando lo vi. 

De repente a García ese hombre le dio asco. Le daban ganas de patearlo y de matarlo ahí mismo. Menos mal que Vanesa no se encontraba ahí haciendo la entrevista. Ésta sí hubiera sido capaz de abalanzarse sobre ese monstruo, y más cuando fue ella la que se entrevistó con los padres de las víctimas. Fue ella la que se quedó hundida después de ver cómo se encontraban éstos. Después de eso, se alegró de ser él el que estuviera ahí enfrente de ese sádico. 

García aún tuvo que aguantar el tipo mientras Carlos le contaba sin inmutarse el contenido de dichos videos, García no pudo permitirse el lujo de manifestar lo que estaba sintiendo en ese momento, simplemente apretó sus puños quedando los nudillos completamente en blanco. Ana, la jefa, no pudo evitar dar un puñetazo al espejo que unía la habitación donde se encontraba con la sala de interrogatorios. Esa declaración era lo más horrible y espeluznante que había escuchado en su vida. Ese era el peor asesino con el que había topado. Le daba asco mirarlo a la cara, y sabía que García estaba conteniéndose y haciendo un trabajo magistral, porque cualquiera en su lugar ya le hubiera partido la cara, como mínimo,a esa escoria de persona. Ana también se alegró de que Vanesa estuviera convaleciente en su casa, porque la conocía al igual que García.

-Carlos, ahora me gustaría hablar de ti. 

-¿De mí? El interrogatorio ya ha terminado, inspector. Ahora te toca a ti buscar información sobre mí. Te considero un tipo listo. Así que ánimo. Me puedes tener aquí veinticuatro horas si quieres, sin comer ni beber, que no pienso hablar de mí.

Había llegado la hora de terminar con el interrogatorio. Era cuestión de tiempo que Carlos no quisiera hablar, y más si se trataba de hablar de él. Así que García debía pensar en cómo conseguiría información personal de él. Tendría que entrevistar a su mujer, pero dudaba que ese tipo compartiera con ella información relevante sobre los casos, igualmente iría a hacerle una visita, después de que sus compañeros ya hubieran registrado su casa durante la noche, porque aunque ella no estuviera al tanto de lo que su marido hacía fuera de casa, seguro que le daría información personal de él aún sin quererlo. 

García dio por concluido el interrogatorio. Estaba muy contento de cómo había ido finalmente. Había recabado mucha información sobre los asesinatos. Aunque cuando Carlos comenzó a describir los supuestos videos que hizo Álvaro, estuvo a punto de vomitar ahí mismo. Por muy inspector y psicólogo que fuera, nunca estaría preparado para ver tanta maldad en una persona, y se alegraba de que a ese hombre le iba a caer prisión permanente. No saldría de la cárcel en su vida,de eso estaba más que seguro. 

García salió de allí con cierta amargura y pena. No podía sacarse de su cabeza la imagen del psiquiatra disfrutando, mientras le contaba cómo habían torturado y matado a las chicas. Se dirigió a la habitación donde estaba su jefa y ésta le dio la enhorabuena por cómo había llegado el interrogatorio. 

El policía necesitaba tomar aire, por lo que salió rápidamente a la calle. Nunca antes se había alegrado tanto de sentir el frío por todo su cuerpo. Tenía ganas de gritar, de romper o golpear algo, quería llorar. Pero tuvo que aguantarse al estar la calle llena de transeúntes yendo de un lado para otro. Intentó relajarse, no lo consiguió del todo pero eso le bastó. 

Decidió que se pasaría a ver a Olivia. Quería saber cómo estaba ésta de ánimos. Por lo que se subió al coche y se dirigió al anatómico. 


Cuando aparcó el coche, e iba acercándose a la entrada del anatómico, vio salir a Olivia con una compañera de laboratorio. 

-Hombre Marco, no te esperaba por aquí. Ahora me iba a tomar un café con mi compañera.

-Perdona por no llamarte, bueno, entonces si quieres me paso luego. 

Olivia notó muy nervioso a su amigo, por lo que prefirió anular el café con su compañera y quedarse con su amigo. A su compañera no le importó. 

-Marco, ¿Qué pasa?-La forense enseguida pensó que a Vanesa le había pasado algo. No era normal en Marco presentarse en su trabajo sin avisar. 

-Oli, acabo de entrevistar a Carlos, el psiquiatra. 

-Joder, vamos a tomar un café y me cuentas. 

Los dos amigos se dirigieron a la cafetería de enfrente del anatómico.  Había una pequeña mesa libre apartada. Esta vez fue Olivia la que pidió un café para ella y algo para comer para su amigo, puesto que sabía que Marco todavía no había comido, y eran casi las cinco de la tarde. Se había pegado unas cuantas horas de interrogatorio.

-Marco…Llevas el rostro desencajado. 

-Lo sé, Oli. Te voy a ser sincero, estoy muy jodido. Esta investigación me ha dejado sin fuerzas.

-No has comido,¿Verdad? Te he pedido un sándwich.

-Gracias, pero tengo el estómago totalmente cerrado. 

-Cuentáme cómo fue con el tipo ese.

-La jefa me dio la enhorabuena, pero no sabe por lo que he pasado al tener a ese cabrón tan cerca de mí. Ha sido un momento de mi vida que nunca olvidaré. Ese hombre, tenía la mirada más fría que he visto en mi vida. Hablaba de lo que Álvaro le hacía a esas chicas como si nada. 

-Lo sé…Sé por lo que han pasado, Marco. No hay palabras para describirlo. Todas las herramientas que encontraron en el sótano las usaron para desmembrar el cuerpo de la chica que apareció en el frigorífico, y se ve que con Teresa, la chica a la que estaba torturando Álvaro, iban a hacer lo mismo, pero parecía como si fueran a  recrudecer lo que le iban a hacer.

-Joder…Tengo hijas…Y sabes Olivia, encima me siento culpable por haberle quitado la vida a Álvaro, ¿Cómo puede ser posible? Si debería de alegrarme, ya por las chicas a las que él mató -dijo el policía sin poder controlar el llanto.

Olivia necesitaba reconfortar a su amigo, por lo que puso su mano sobre la de él y la acarició suavemente, y con ese simple contacto, García consiguió relajarse un poco. 

Malasaña I. (5° Historia)Where stories live. Discover now