𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 24

1.5K 82 38
                                    

Elena Jones

Йой! Нажаль, це зображення не відповідає нашим правилам. Щоб продовжити публікацію, будь ласка, видаліть його або завантажте інше.

Elena Jones

—No te dejaré ir a ninguna parte, Elena.—Sus brazos rodearon mi cintura y me atrajo más hacia él.

—N-No me toques...—Susurré con miedo y comenzando a temblar más.

El pánico se disparó dentro de mí cuando me llevó a jalones hasta al mismo sitio dónde Hoodie me violó.

—¡Otra vez no, por favor! ¡No me lastimes tú también! ¡Te lo suplico! ¡Que alguien me ayude!—Tiré patadas y dí manotazos desesperadamente, pero no conseguí liberarme de su brusco agarre.

Masky ni siquiera hizo caso a mis súplicas, él se reía de mi miedo y de mis lágrimas.

Al llegar ahí me aventó en el césped y caí boca arriba, Masky no tardó en subirse arriba de mí.

—¡Suéltame! ¡Quítate de encima!—Comencé a patalear y forcejear, pero él me superó en fuerza y logró mantenerme inmóvil.

Aún sigo débil y aturdida por el aroma de ese trapo que Hoodie me obligó a oler.

Masky se alejó un poco de mí para desabrocharse su cinturón y pantalón. Comencé a sentir miedo y asco al ver su miembro afuera y muy erecto.

—¡Déjame! ¡No me toques! ¡Aléjate!—Escupo con desprecio y rápido cierro mis piernas cuando intenta ponerse en medio de ellas.

Al ver que pongo resistencia, tapó mi boca con ese trapo para mantenerme quieta y aturdida. Fue imposible no olerlo, terminé siendo débil y cedí, tomó mis piernas con fuerza y las colocó a cada lado de su cadera, quedando encima de mí sin dejar caer su peso.

Ya comienzo a sentir dolor en mi entrepierna a pesar de que todavía no me hace nada.

Reparé asustada al sentir el calor de su pene en el orificio de mi vagina.

«Me va a doler y no tengo las suficientes fuerzas para defenderme».

—Tranquila.—Susurró con voz anhelante.—Te quiero tanto y no puedo evitarlo—.

«¡Cállate, cállate, cállate! ¡No quiero escuchar más!», grité en mi interior.

—N-No... Dolerá mucho...—Susurré con temor.

—Shhh, calladita, no digas nada. Eres tan hermosa.—Susurró fascinado y frenético.

Abrí de golpe mis ojos cuando puso la punta de su pene en mi entrada y empujó poco a poco. Luego sale y empuja un poco más adentro, repitió el mismo proceso hasta que su miembro entró por completo comenzando a generar un dolor indescriptible.

—Nhg...—Me quejé sintiendo cómo se abre paso dentro mío mientras yo me sujeto con fuerza de su camisa.—D-Detente... ¡Ay!—

Ruego al sentir algo tibio escurrir por mis muslos...

𝐊𝐈𝐃𝐍𝐀𝐏𝐏𝐄𝐃 𝐁𝐘 𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐎𝐏𝐀𝐓𝐇𝐒┃Masky, HoodieWhere stories live. Discover now