Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
Por fín estábamos ya en casa, aunque a éste lugar yo no lo llamaría “casa”, ya que aquí es dónde estoy secuestrada, aquí mismo Ticci Toby me agredió sexualmente y de muchas otras formas, al igual que Masky y Hoodie. Pero lo bueno de todo ésto es que ya no estámos más en esa espantosa cabaña de Slenderman.
—¿Llegaste cansada?—Reparé cuando Masky me habló.
—Sí, mucho.—Asentí con desgano.—Lo que quiero es dormir—.
—Lo sé, pero por el momento tendrás que descansar aquí en el sofá. Intentaré limpiar aquél desastre que dejó Toby el día que te atacó. ¿De acuerdo, amor?—Asentí muy incómoda por la forma tan cariñosa cómo me trata.
«Están demasiado cariñosos y eso me aterra, pero estoy segura de que si digo o hago algo que los pueda molestar son capaces de violarme aquí mismo sin importarles mi estado».
Hoodie me ayudó a tomar asiento en el cómodo sofá, por lo mientras, Masky se fue de inmediato a una de las habitaciones a buscar no sé qué cosa y regresó con una cobija acogedora, me la colocó encima mientras me sonreía de manera cariñosa. Se inclinó hacia mi rostro para seguramente besarme, pero yo giré mi rostro de inmediato rechazándolo. A cambio de mi rechazo sentí cómo su mano acarició mi cabello revolviéndolo un poco, así que cerré mis ojos esperando a que ésta molesta sensación pasara. Escuché a Masky suspirar con frustración por mi rechazo hacia él.
—Hoodie, cuida de Elena mientras yo arreglo su cama. Lo haré yo porque tú eres un asco limpiando y ni siquiera eres capaz de limpiar tu propia habitación.—Dice Masky yéndose con una mueca de desagrado.
—De acuerdo, mamá Masky.—Refunfuñó Hoodie.
Una vez que Masky se fue, empecé a temer cuando Hoodie puso toda su atención en mí. Cubrí más mi cuerpo con la cobija de su mirada morbosa y me recorrí en el sofá cuando se sentó al lado mío sin quitarme la mirada de encima. No me dijo nada, sólo se cruzó de brazos e inclinó su cabeza hacia atrás apoyándose en el sofá para seguramente intentar dormir, ya que se vé cansado. Minutos después, lo escuché roncar muy bajito, lo que indica que tal vez se ha quedado dormido, pero eso no lo puedo asegurar, ya que trae puesto ese pasamontañas hasta la mitad de su rostro, dejando descubiertos sus labios. Hoodie permanece con su boca entreabierta mientras ronca y respira de manera tranquila.
«¿Tendré oportunidad de escapar?»
Me removí con cuidado tratando de no despertarlo y me quité la cobija de encima para intentar levantarme, una vez que estuve de pie ya íba a caminar en dirección hacia la puerta, hasta que Hoodie me sorprendió agarrando mi mano y me hizo volver al sofá. Casi suelto un grito al ser arrojada con brusquedad sobre el sofá, intenté levantarme y correr, pero Hoodie ya estaba sobre mí.
