Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
—¿Tienes miedo, Elena?—Cuestionó con notable burla.
Cómo no voy a tener miedo, si su mirada morbosa y cínica está clavada fijamente en mí. Retrocedí mientras él se acercaba quitándose su chaqueta.
—Masky, en serio, detente ya... ¡Aléjate de mí!—Grité con el pánico al tope.
«Realmente, tengo miedo. Miedo de él».
Retrocedí hasta chocar con la pared. Ya no hay salida. Él llegó hasta mí y tomó mi mentón haciendo que lo mire, empecé a temblar e hipar del miedo.
—¿Por qué me tienes tanto miedo? ¿Por qué siempre huyes?—Me pregunta un tanto enojado.
«Porque no eres el mismo chico que conocí», me repetí constantemente en mi cabeza.
Antes también le tenía miedo y desconfianza, ahora me aterra y me paraliza el verdadero Tim, o más bien, Masky.
—¿Recuerdas cuando quise hacer ésto por las buenas? ¿Recuerdas cuántas veces te rogué y tú me rechazaste?—Masculló enojado y resentido mientras que yo me quedaba callada y lo escuchaba con mucho miedo.—¿No contestas? ¿No quieres hablar? ¿Por qué no me respondes?—Parece que mi silencio lo desespera y lo hace molestarse más conmigo.
Lo miré a los ojos por unos breves segundos, sus ojos azules están tan oscuros. Lo desconozco por completo, no es el Tim que yo conocí.
Decidí mejor bajar la mirada porque si sigo mirando esos oscuros ojos me alteraré más de lo que ya estoy.
—N-No quiero hablar contigo, sólo quiero que me dejes en paz.—Le pedí con temor y con mis ojos llenándose de más lágrimas.
Tomó bruscamente mi antebrazo y me sacudió levemente para seguramente llamar más mi atención.
—Ya basta, me lastimas, déjame en paz.—Le pido tratando de sonar tranquila.
—Ahora ya no eres tan agresiva y arrogante, ¿Verdad?—Lo escuché reírse burlón y ejerció más fuerza en mi antebrazo acercándome más a él.
Masky huele mucho a alcohol y ésto me hizo temblar más de miedo.
—¿¡Por qué te quedas callada!? ¡Contesta, Elena!—Gritó tan fuerte haciéndome brincar y soltar más lágrimas.
Está tan borracho que se tambalea y se muestra muy agresivo conmigo.
—S-Suéltame ya, por favor... Dijiste que no ibas a tocarme...—Mi voz salió aguda por el gran nudo que siento en mi garganta.—Basta, Masky, me lastimas—.
