Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
La maldita pistola ya estaba casi escasa de balas.
Antes de que Hoodie diera un paso hacia mí pasó algo muy sorpresivo e inesperado; Una sombra apareció detrás de Masky y Hoodie, atacándolos con mucha rapidez, los noqueó con un golpe en la cabeza, dejándolos totalmente inertes e inconscientes en el suelo. Ni el polvo se le vió a esa persona.
—Por fín te he encontrado, Elena. Vengo por tí, preciosa.—Es la voz de una chica que es muy conocida para mí.
«¿Clockwork?»
Se mostró frente a mí con esa sonrisa cocida en su rostro.
Inicié repetidas veces a negar con miedo pensando que también quiere hacerme daño.
—Tranquila, no he venido a joderte más la vida. Hoy mismo voy a sacarte de aquí y serás libre. Confía en mí.—La miré con cierta desconfianza y miedo, por lo que me alejé de ella sintiendo inseguridad.—Vámos, ven conmigo. El maldito tiempo corre.—Dijo señalando el reloj de su ojo.
—Oh, por Díos, ¿Ella es Elena Jones? ¿La chica de los ojos bicolor?—Aparecieron dos niñas pequeñas detrás de la relojera mirándome con tanta ternura que me asustó.—Es una muchacha muy bonita. Sus ojos son tan bonitos.—Comentó una niña de cabello castaño y ojos muy extraños de tono rojizo.
—¿Por qué tiene tanta sangre? ¿Qué le pasó? El hombre sin rostro me dijo que crecía un bebé en tu pancita, ¿Es cierto?—Me preguntó la otra niña de cabello castaño y ojos verdes mirando con ternura mi vientre.
Ésta niña está repleta de sangre de su rostro y de su blusón rosado. Parece una muerta viviente.
«¿Pero qué clase de personas son éstas? Todos son anormales aquí».
—¿Cuando vas a tener a otro bebé en tu pancita?—Preguntó con inocencia una de las niñas acercándose a mí.
—¡Nunca! ¡No quiero tener a otra porquería creciendo dentro de mí!—Ambas niñas se apartaron asustadas de mí por mi temperamento.—¡Aléjense de mí! ¡No quiero que nadie vuelva a tocarme!—Mis piernas flaquearon del miedo y me arrastré en el suelo alejándome horrorizada.
—Pobrecita, estás muy asustada y lastimada.—Comentó la niña de ojos rojizos mirándome con cierta tristeza y pena.—Tranquila, no te haremos daño. Hemos venido a rescatarte.—Alzó sus manos en modo de paz acercándose para tocarme, por lo que me alejé asustada e insegura.—Nos dá mucho gusto por fín conocerte en persona. Mi nombre es Lazari y ella es Sally.—Se presentaron educadamente frente a mí.
—Niñas, suficiente charla, ya conocieron a Elena. Así que vayan afuera a vigilar que nadie esté cerca para sacar a Elena de aquí, ¿De acuerdo?—Ambas niñas asintieron acatando la órden de Clockwork y dejándome sola con ella.
