Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
Desperté de nuevo en éste cuarto encontrándome con algo desagradable.
Masky estaba sobre mí y entre mis piernas con su miembro muy erecto rozando mi feminidad y mis pechos estában descubiertos.
Mi cara ardió de coraje y vergüenza ante ésto. Y lo que más me desagradó es que yo estaba gimiendo involuntariamente mientras éste tipo me tocaba.
Masky parece absorto y asustado al verme despierta.
—Elena, yo...—Antes de que me dijese algo, le dí una sonora bofetada volteando su cara.
—¡¡¡Aaahhh!!! ¡Lárgate de aquí! ¡No me toques! ¡Quítate de encima!—Grité empujándolo con mis dos pies para quitármelo de encima.
El maldito degenerado de Masky quería volver aprovecharse de mí mientras dormía.
Me bajé de la cama alejándome de él y acomodando correctamente mi ropa.
—¿¡Qué crees qué hacías!? ¡Lárgate de aquí!—Le grité totalmente alterada mientras aún lo veo en la cama y en la misma posición.
Me alerté cuando lo ví abrochar y acomodar su pantalón, pero aún sigue en la cama y dándome la espalda mientras yo estoy muriéndome del miedo por lo que pueda estar pensando en contra mía.
Se paró de la cama y volteó a mirar cada centímetro de mi cuerpo, ésto fue suficiente para empezar a sentir un miedo indescriptible. Comienza aterrarme la forma como me mira.
Dí un paso hacia atrás y Masky notó ésto.
—¿Tienes miedo? ¿Por qué tienes tanto miedo?—Pregunta mientras trata de acercarse con cuidado a mí, pero yo retrocedo con cada paso que él dá.
—N-No sigas acercándote, detente ahí...—Mi voz se traba por el miedo, siento mis piernas débiles y torpes.
Retrocedí hasta chocar con la pared, Masky aún sigue acercándose a mí y traté de ir directo a la puerta para salir de éste cuarto. Pero al abrir la puerta, me llevé una gran sorpresa, me encontré con Hoodie con un par de bolsas en sus manos. Íba a esquivarlo, pero las manos de Masky agarraron mi cintura y me cargó para llevarme de vuelta a la cama.
—¡Suéltame! ¡No me toques!—Grité cuando me arrojó en la cama y retrocedí aterrada hasta quedar pegada en la cabecera.—¡Lárguense, no los quiero ver! ¡Quiero estar sola!—
—Ajá, ¿Y el cerdo y el degenerado soy yo?—Hoodie le habló a Masky ignorándome.—Ví lo que le estábas haciendo. Y dices que te contienes más que yo. Sí, como no.—Ríe sarcástico.
—¡Ambos son iguales de cabrones y asquerosos! ¡Aléjense de mí! ¡Déjenme sola!—Les grito abrazándome a mí misma.
—Ten, es para tí.—Hoodie ignora mi temperamento y me extiende un par de bolsas.—Es tu ropa y robé más para ti—.
