Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Elena Jones
—Te encontré, Elena...—Mencionó duro y frío.
«Tim».
Retrocedí con torpeza y solté los platos al piso dónde se rompieron en mil pedazos. Un fuerte mareo vino a mí, estoy a nada de desmayarme por el terror.
Porta su chaqueta color mostaza, su máscara, pantalón negro y botas negras, pero lo que más me atemorizó fue ver en su mano derecha cubierta con guante negro...
«Una pistola».
—Tim...—Susurré atemorizada al verlo venir hacia mí. No soy capaz de hablar por el miedo que siento hacia él.
«Ha venido a buscarme con una pistola».
—Me dejaste solo, me abandonaste...—Lo escucho con mucho miedo mientras lo veo entrar a la cocina.
«Ahora sí lo tengo directamente frente a mí».
—No es verdad, aquí estoy contigo...—Susurré sin dejar de mirarlo mientras agarré un cuchillo y lo escondí tras mi espalda.
—¡Cállate, maldita mentirosa!—Gritó enojado dando pasos demenciales hasta mí, pero saqué el cuchillo a la vista e hice un pequeño corte en su brazo rasgando su chaqueta.
Me alejé de él cuando lo ví auxiliarse el brazo con su mano y gruñó con mucho enojo. La sangre comenzó a salir de golpe manchando su ropa y el suelo.
—¡No te me acerques o vas a ver lo que te puede pasar!—Lo amenacé con el cuchillo en alto.—Ten cuidado, yo también soy asesina y sé defenderme.—Sentí cómo me fulminó con la mirada a través de su máscara.
Noté cómo sostuvo la pistola en su mano con más fuerza, a tal punto de temblarle la mano. Sé que desea jalar el gatillo.
«Estoy sudando frío».
—Entonces, ven aquí, mi amor. Vámos a enfrentarnos.—Se acercó con mucha confianza apuntándome con el arma.
Dí unos cuántos pasos hacia atrás sin apartar mi mirada de él y con el cuchillo en alto.
—No me importa que jales el gatillo, tú también te vas a llevar lo tuyo.—Le digo mientras rodeo la pequeña mesa que nos separa, pero Masky volteó la mesa y la hizo bruscamente a un lado. Casi solté un grito por su agresividad.
Salí corriendo de la cocina sabiendo que Masky me perseguirá. Una vez afuera de la cocina, frené en seco cuando el muy maldito saltó la barra desayunadora de la cocina y me cerró el paso.
Me volvió loca que ya viniera hacia mí con el arma e intenté defenderme con el cuchillo, pero él muy rápido detuvo mi mano y comenzamos a forcejear con el cuchillo. Empecé a sollozar asustada cuando me quitó el cuchillo de mi mano y lo aventó lejos de mi alcance.
