Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
—Te atrapamos, Elena.—Me quedé helada al oír la voz de Masky.
«¿Cómo le hicieron para llegar tan rápido si aún estában muy lejos de mí?»
—¡Suéltenme, malditos violadores!—Me removí violentamente en sus brazos.
El tipo con la máscara de gas se carcajea al ver que estoy atrapada en los brazos de Masky.
Incliné mi cabeza hacia atrás golpeando a Masky en la cara, logré zafarme de su agarre y me eché a correr despavorida, pero me atrapó el tipo con la máscara de gas y no dudé en darle un merecido rodillazo en su entrepierna para que me soltase.
—¡Increíble! ¡Ésta mujer patea como mula!—Exclamó adolorido, sobando su entrepierna.
Masky y Hoodie se carcajearon al ver al otro tipo retorcerse de dolor. Pero se les acabó la risa cuando volví a echarme a correr.
—¡Vámos por ella!—Anunció Masky comenzando a perseguirme con Hoodie detrás suyo.
Empecé a correr sin mirar atrás, pero puedo sentirlos correr detrás de mí mientras se carcajean.
¡JA JA JA JA JA!
Éstos chicos a los que alguna vez consideré amigos, resultaron ser unos monstruos y ahora me persiguen para violarme.
Me persiguen sin descanso, con armas en sus manos y seguramente con sus miembros muy erectos, deseando volver a atacarme sexualmente.
Ésto me llenó de terror y recordé la noche en la cuál también me perseguían para violarme.
Aumenté más mi paso e hice el esfuerzo por correr más deprisa, mis piernas tiemblan y siento que el corazón se me saldrá del pecho.
Deseo descansar, pero si me detengo ellos me atraparán.
«Díos mío, éste bosque parece no tener fín».
Sigo corriendo sin detenerme, pero sólamente veo más árboles y más árboles.
Parece que a esos tipos los he perdido, pues ya no los escucho, ni los veo perseguirme. Tras un cierto rato dejé de correr, pero debo ir muy alerta, no quiero volver a encontrarlos y llevarme una espantosa sorpresa.
Lo bueno es que pude correr porque traigo tenis, pero mi vestido no ayuda mucho porque me queda abajo de la rodilla, se atora con las ramas de los árboles.
Hubiera sido mejor haber traído un pantalón o un short, pero nunca me pasó por la cabeza lo que íba a pasarme. Ni mucho con alguien de quién menos lo esperaba.
