Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
CUATRO DÍAS DESPUÉS...
—Elena, despierta, por favor... Vuelve conmigo...—Escucho una voz masculina muy lejana de mí que no logro identificar.
—Tim... ¿Dónde estás...?—Susurré abriendo poco a poco mis ojos.
Lo primero que veo es un techo blanco y una luz situada frente a mí que no me deja abrir bien mis ojos.
—¿Elena? ¿Puedes oírme?—Abrí de golpe mis ojos al volver a escuchar esa voz masculina.
Me senté de golpe en la cama mirando con miedo todo a mi alrededor. Aún me siento perdida.
—Elena, tranquila, soy Ethan.—Me relajé al ver a mi único y mejor amigo Ethan.—No te levantes, por favor. Vuelve a recostarte.—Posó delicadamente sus manos sobre mis hombros volviendo a recostarme.—El doctor vendrá a verte al medio día. ¿De acuerdo?—
Yo aún sigo un tanto confusa y asustada, pero al recordar todo de golpe me dolió la cabeza. Mis labios tiemblan, siento un dolor en mi pecho que es tan sofocante, me hace estremecer de angustia y miedo. Con mis manos sostuve con fuerza las sábanas blancas que cubren mi cuerpo, traté de contener un grito lleno de enojo y frustración.
«Soy libre, pero, ¿Por qué no estoy felíz?»
—¿Cómo te sientes? ¿Quieres contarme? ¿Quieres hablar?—La voz suave de Ethan me hizo poner mi atención en él, en sus hermosos ojos castaños.
Me remuevo incómoda al recordar a esos hombres con máscaras, todo lo sucedido en esa cabaña y cómo las llamas del fuego la consumían.
—Elena, perdóname...—Muy rápido me abrazó tomándome por sorpresa.
Extrañé tanto tener su aroma presente en mi naríz. De verdad lo extrañé.
—Creí que no te volvería a ver y a tenerte en mis brazos. Te quiero, mi Elena.—Dijo mientras acariciaba repetidas veces mi cabello y palmeaba suavemente mi espalda.
Besó mis mejillas y mi cabeza. Empecé a temblar tanto que Ethan lo notó.
—Esos malditos perros te hicieron cosas muy feas, ¿Verdad?—Dijo casi gruñendo y con un tono de voz duro.—Por eso estás temblando tanto con un sólo abrazo o un simple roce mío.—Bajé la mirada queriendo llorar.—Elena, tranquila, ya todo pasó, ahora estás segura. La policía, la gente del pueblo y yo no permitiremos que esos tipos se te vuelvan a acercar. Yo te protegeré—.
—Ethan, esos hombres son muy malos. Son más peligrosos que los narcos y los mafiosos. Son mucho peores.—Susurré con mi voz rota y cortada al recordar todo el terror que sentí cuando estaba con ellos.—Se dedican a hacer cosas terribles, me obligaron a hacer cosas realmente monstruosas.—Confesé mientras Ethan me mira y me escucha muy atento.—Yo no veía personas en ese cuarto oscuro, sino monstruos con sonrisas tan retorcidas como sus asquerosas almas, listos para darme caza y tomar mi cuerpo a la fuerza—.
