capítulo dos

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—¿Y qué tal te fue con el trabajo? Lo has entregado hoy, ¿no? —preguntó Collei tras haberle dado un sorbo al batido de chocolate que le había robado a Cyno. El joven lo aceptó de vuelta mientras emitía un sonido en afirmación.

—Me han puntuado con muy buena nota. Y fíjate que a mí no me ha hecho sentir satisfecho. No es tan bueno como podría ser —aún recordaba las palabras dichas por su profesora. Él lo consideraba tan malo; sentía que no había captado la esencia del desconocido lindo ni su atracción hacia él. Y, sin embargo, ¿tan legible era?

¿Tan fácil era saber su anhelo con tan solo ver ese cuadro?

—No lo he visto, así que no puedo opinar. Pero si te han puesto tan buena nota será por algo. No seas tan negativo, mi perrito de agua favorito —le dio una patada bajo la mesa. Cyno frunció el ceño y le devolvió el golpe, empezando así una batalla que no pasó desapercibida para las personas que había sentadas alrededor.

—Lo seguiré siendo hasta el día de mi muerte —concluyó el joven. Su mejor amiga frunció el ceño.

—Por cierto, ¿cómo te encuentras últimamente? Tienes unas ojeras horribles —Collei tomó sus manos por encima de la mesa. Sabía que a Cyno le relajaba que entrelazara sus dedos, así que ella solía hacerlo cada vez que se veían.

—Como el puto culo. Mucho estrés. Demasiado trabajo, poco tiempo libre. Y me siento muy solo —la mirada de su mejor amiga estaba fija en él. Había cierto rastro de compasión en ella.

—¿Tu padre sigue sin volver?

Cyno soltó una de sus manos: —Todavía falta tiempo para que termine su trabajo en el extranjero. Hablamos de vez en cuando, pero ya sabes, es duro que no esté aquí —jugueteó con su vaso, viendo el líquido en su interior meciéndose suavemente mientras lo meneaba.

—¿Candace?

—Entre que tiene un trabajo nuevo y que su novia vive lejos, apenas la veo.

—¿Y no tienes otros amigos además de mí? —Cyno asintió con su cabeza lentamente. 

—La cuestión es que hace tiempo que no hablamos. Y tampoco es que ahora puedan hacerlo —Collei suspiró.

—¿Ningún amorío? —Cyno no pudo evitar dudar antes de responder.

—A ver, creo que hay alguien... Pero no lo conozco. Es más bien alguien que me interesa. No estoy enamorado, simplemente me atrae —Collei probablemente no escuchó lo último dicho, pues su emoción fue tan grande que dejó de prestar atención al escuchar esa insegura afirmación.

—¡Cuenta, cuenta! ¡Necesito saber más!

—Debemos volver a clase ya.

—Pues me lo cuentas por el camino —Cyno terminó de tomar su batido y se puso en pie.

—Claro. Pero acelera —tras pagar, ambos salieron juntos de la cafetería—. Pues, desde hace un año... Aproximadamente, hay un chico que me llama la atención.

—¿Cómo lo conociste?

—Sabes que toco por las mañanas en el centro, ¿no? —Collei asintió—. Pues, un día lo vi por allí y llamó mi atención. Desde entonces lo veo diariamente mientras se dirige a la universidad.

—¿Por qué no le hablas? —Cyno suspiró.

—Si va a la universidad, no creo que sea correcto detenerlo. Probablemente se moleste conmigo —razonó, inspeccionando con su mirada el mundo que lo rodeaba. El centro, como era normal, estaba abarrotado de gente. Todos parecían cansados y tristes. Sus auras infectaban el ambiente, como si de una plaga se tratase.

El verde de mi primavera ♡ CynonariWhere stories live. Discover now