capítulo cuarenta

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Los días que siguieron a la muerte de la mujer fueron extraños, casi irreales. Tighnari se sentía ofuscado, alejado de la realidad. Era incapaz de asimilar su situación actual. Su madre había muerto, ¿y qué? El mundo seguía avanzando, aunque ella no estuviera.

Su vida seguía. Y su madre ahora solo formaba parte de su memoria.

Darle la noticia a Collei fue muy duro. Mucho más de lo que había imaginado. Tener que decir que su madre había muerto logró hacerlo llorar nuevamente.

Cyno permaneció junto a él hasta el domingo. Como esa era la última semana de clases, prometió regresar en cuanto las vacaciones empezasen y pasar un par de días junto a ellos.

—Puedes quedarte todas las vacaciones, si quieres —le había dicho Tighnari al escucharlo decir que su padre estaría ausente y su hermana no tenía planeado volver a su antigua casa.” Cyno se había negado, pero al final, gracias a Collei, acabó aceptando su propuesta.

—¡Tenemos solo tres días para preparar el cumpleaños de Nari! Vamos fatal de tiempo, esto es horrible —se quejó Collei.

—Pero oye, tampoco vamos a hacer una celebración a lo grande, ¿no? —Cyno frunció el ceño, confundido—. Se supone que sería una fiesta pequeñita...

—Sí, sí. Es solo que no se me ocurre nada. ¡Y fíjate que llevo un mes dándole vueltas! Y de repente se me ha hecho tarde —la joven escondió el rostro entre sus manos. ¿Qué iban a hacer ahora?

Ambos se encontraban sentados sobre la cama de Collei, aprovechando el poco tiempo que tenían antes de que Tighnari volviera de hacer la compra.

—¿Y si hacemos algo simple? Le preparamos una tarta y lo celebramos aquí en casa. Si él quiere salir, pues lo decidimos sobre la marcha —sugirió Cyno.

—También es verdad... ¡Espera, espera! ¿Y si Kaveh, Alhaitham y tú pasáis la mañana con él y luego venís a casa?

—¿Y Kaeya y Albedo?

—Espérate —Cyno soltó una carcajada.

—Pasamos la mañana con Kaeya y Albedo y dejamos que Kaveh y Alhaitham lo esperen en casa. Será mejor —Collei asintió reiteradas veces con su cabeza.

—¡Sí, sí! La distracción perfecta. Pero, ¿qué haremos después...?

—No le des vueltas a eso. Ya lo veremos en el momento.

Dichos tres días se esfumaron con rapidez. El cumpleaños de Tighnari había llegado, y ahora era el momento de lucirse y dejar todo secretismo de lado.

—Adivino, ¿me habéis preparado una sorpresa por mi cumpleaños? —Tighnari pasó el brazo derecho por la manga de su abrigo, sintiendo el frío desaparecer poco después.

—Puede —Cyno cruzó sus brazos y se apoyó en el marchó de la puerta.

—Lo tomaré como un sí.

Tighnari había acertado, pero estaba equivocado en algo: esto había sido planeado por Collei y él, no por su grupo de amigos.

Y por razones obvias, no pensaba decirle la verdad.

—¿Adónde vamos?

—Es una sorpresa —Cyno revisó el mensaje que Albedo le había mandado. Ellos ya habían llegado—. Vamos.

Hacía un par de meses, habían estado hablando de la ilusión que les hacía ir a un Escape room. Así que Cyno había estado buscando y finalmente había encontrado uno adecuado para los cuatro.

El verde de mi primavera ♡ CynonariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora