capítulo dieciocho

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—Nari, recuerda que mañana salimos a las nueve. Levántate a las ocho, yo me encargaré de sacar a Sol a pasear —el joven asintió con su cabeza. Collei se acercó a él y le dio un beso en la mejilla—. Aprovecha estas vacaciones para tomar un descanso.

—Ya sabes que no puedo prometer nada, Collei. Además, un día fuera no significa que vaya a pasar el resto también —su hermana no pudo evitar sonreír. Estaba deseando que el día siguiente llegase: necesitaba ver qué tipo de reacción tendría Tighnari al descubrir lo que había planeado para el mes de julio.

—Si no lo haces tú, yo misma te obligaré —cruzó sus brazos por encima de su pecho—. Y ahora, si no te importa, me iré a dormir.

—Descansa, Coco.

—¡No me llames así! —su rostro enrojeció. Su hermano soltó una risa tan dócil como la brisa primaveral, tan hermosa como la vida misma.

Tighnari tenía una autoestima muy baja. No apreciaba absolutamente nada de su persona: odiaba su rostro, su cuerpo, su risa, su personalidad. Cada detalle no era más que un problema para él, algo de lo que sentirse avergonzado. Su único deseo era poder cambiar todo. Dejar de ser él, y convertirse en una persona hermosa.

Y el único deseo de su hermana menor era demostrarle que él era perfecto tal y como era. Devolverle la felicidad que le había sido arrebatada, la seguridad que alguna vez tuvo.

—Descansa tú también, por favor —su hermano asintió en silencio. Collei cerró la puerta de su habitación con cuidado y examinó el oscuro pasillo que conectaba distintas salas. Su habitación se encontraba al final, con un enorme póster de "Heaven Official's Blessing" pegado en el exterior de la puerta.

Las noches durante ese verano eran más frías y ruidosas que de costumbre. Los adolescentes gozaban de su libertad y organizaban encuentros a altas horas de la noche, dispuestos a disfrutar del tiempo que los estudios se habían encargado de robar; los adultos se escondían en sus cómodos hogares para descansar; y los ancianos colocaban sillas en el exterior de sus hogares y disfrutaban de la dulce esencia nocturna mientras el manto nocturno, que había sido privado de estrellas por culpa de la luz artificial, se encargaba de acompañarlos en sus horas solitarias.

Tighnari salió al balcón al que solo se podía acceder desde su habitación y apoyó sus brazos sobre la barandilla. En la plaza se encontraba un vecino suyo con su novio. Esa noche se habían reunido para cenar juntos, aprovechando su "privacidad" (es decir, la ausencia de los padres de Xingqiu) para acercarse un poquito más de lo que debían.

—Ah, ¡buenas noches, Tighnari! —el mencionado sonrió y alzó su mano en respuesta.

—¿Xingqiu ha vuelto a tener problemas con sus padres? —quiso saber Tighnari. El novio de su vecino parecía algo desanimado, algo muy extraño en él.

—Siguen quejándose de nuestra relación. Dicen que es una mala influencia y que debería buscarme a una buena mujer —explicó Xingqiu. A estas alturas, ninguna de estas quejas era una novedad. Habían sido dichas tantas veces que habían sido grabadas a fuego en la mente del joven—. "Una buena mujer", lo único que quieren es tener un hijo que entre en la norma, y de paso buscarme a una que venga de una familia de clase alta para mantener el prestigio de la familia. Si ya tienen a mi hermano, ¿por qué son tan jodidamente pesados conmigo?

—Mientras puedan sacar provecho, lo harán. Les da igual lo que tú quieras —Tighnari contempló en silencio a ambos jóvenes—. Si algún día se pasan contigo, recuerda que siempre tendrás un lugar en la plaza. Eres como un vecino más para nosotros —Chongyun sonrió.

—Mis tías y yo estamos haciendo todo lo posible para traerlo con nosotros pero, a pesar de su edad, es difícil.

—Me encontré a Yelan el otro día y me lo contó. Os deseo la mejor de las suertes. Seguro que todo irá bien.

El verde de mi primavera ♡ CynonariWhere stories live. Discover now