capítulo treinta y cinco

81 16 5
                                    

—Lo siento. No era mi intención arrastrarte conmigo hasta aquí —Tighnari ni siquiera se atrevía a mirar a su acompañante—. Detesto tanto los hospitales... Y aun así te he traído conmigo a uno.

—No pasa nada. Tu hermana me ha hablado tanto sobre vuestra madre que estaba deseando conocerla.

Cyno detestaba los hospitales. Era el lugar donde había tenido que despedirse de muchos y donde solo había recibido malas noticias. Puede que no fuera un lugar malo, pero debido a sus horribles experiencias, su mente lo asociaba a la desgracia.

Sin embargo, ese día estaba dispuesto a enfrentarse a ese lugar y conocer a la mujer de la que tanto había escuchado hablar. Si debía ser sincero, se estaba muriendo de ganas de verla por primera vez en persona.

Al bajar del ascensor se dirigieron directamente a la habitación de la mujer. Por el camino se toparon con unas cuantas personas (desde niños hasta ancianos) que detuvieron a Tighnari para charlar con él. Su amigo tuvo que permanecer tras él, en absoluto silencio, escuchando cada conversación.

Todos parecían apreciar a Tighnari. Los niños lo querían como un hermano mayor, los adultos como un buen amigo y los ancianos como un nieto.

—Todos te quieren mucho por aquí —su amigo sonrió con nerviosismo.

—Será porque me ven tanto que se han acostumbrado a mí.

—Qué va. No creo que te traten así por costumbre. Si siempre hablas con ellos, se habrán encariñado contigo —Tighnari abrió la puerta y se echó a un lado para dejar a Cyno pasar—. Gracias.

—No es nada —el mayor de ambos cerró la puerta tras haber entrado—. Buenos días, mamá —la saludó al llegar.

—Buenos días, amor —la mujer se sintió fuera de lugar al ver a una persona nueva junto a su hijo. Aunque era una cara que ya había visto antes—. Tú... ¿Eres el mejor amigo de Collei?

Cyno sonrió e hizo una rápida reverencia, no muy exagerada.

—Exactamente. Es un placer conocerla... —ella se echó a reír a carcajadas, aunque la tos le impidió seguir riendo—. ¿Está bien?

La mujer siguió tosiendo durante algunos segundos más antes de poder hablar: —No hace falta que seas tan formal. No soy más que una mujer común ingresada en el hospital.

—Pero usted es la madre de mis dos amigos...

—Así que por eso mi Nari ha estado viniendo tan poco últimamente. Me ha reemplazado por alguien más —el rostro de su hijo enrojeció de repente—. Y ni siquiera me lo ha comentado.

—No lo digas así... —la mujer rio—. Aunque sí es cierto que últimamente he estado viniendo menos por estar con él.

—Y no tienes que preocuparte por eso. Ya estás grandecito, Nari. Tienes derecho a vivir tu vida como quieras —la mujer miró la ventana que daba al exterior—. Me alegra saber que estás empezando a salir más. Sé que odias los hospitales, y tener que venir aquí a diario... Es mejor que tus visitas sean menos.

—Pero te tendrás que sentir muy sola aquí —Tighnari decidió sentarse. Como estaba atento a él, Cyno pudo imitarlo casi al instante.

—¡Qué va! Pero si te preocupa, tu hermana y tú podéis poneros de acuerdo para venir un día sí y un día no. Y de paso, podríais venir alguna vez los dos juntos.

—Se lo comentaré.

—Por cierto, Cyno, me gustaría hablar contigo —le dijo la mujer. Cyno se puso tan tenso como Collei cuando tenía que exponer en público—. No te pongas así, bonito. Que no voy a matarte.

El verde de mi primavera ♡ CynonariWhere stories live. Discover now