capítulo cuatro

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Heihei
Bro, ahora q hemos vuelto d la gira, podrías quedar este sábado?
Aether dijo q tiene ganas d verte

Alfombra
No sé si podré
Estos días me he estado encontrando algo mal, tengo la sensación de que voy a resfriarme
El viernes te aviso

Heihei
Está bien
Si no puedes, ya nos veremos otra semana

Cyno dejó el móvil sobre la mesita de noche. La cabeza le daba vueltas, y todo a su alrededor parecía irreal. Era una sensación bastante extraña. La odiaba a muerte.

—Te recomiendo que tomes algo y vayas dormir. No creo que te haga bien quedarte despierto con el móvil —Candance entró en la habitación con un vaso de té en la mano derecha.

—Vale, entonces ¿puedes traerme algo? —pidió amablemente mientras aceptaba el té que su hermana le había traído.

—Aquí lo traigo —le mostró la pastilla que llevaba en la otra mano. La expresión de su hermano menor cambió por completo.

—¿Pastilla? ¿No hay de sobre? —tomó la pastilla con asco, reteniendo el impulso de lanzarla lejos de él.

—No. Papá regresó fatal y lleva varios días enfermo. Tomó los últimos sobres que quedaban —Cyno cerró sus ojos e introdujo la pastilla en su boca—. Tampoco seas tan exagerado. Ni que fueras un niño chico.

—Es que odio las pasllitas —utilizó el té para facilitar el paso de dicho fármaco—. ¡Quema!

—Pues menos mal que no tanto como debería. Porque si llega a ser el caso, te hubieras quemado toda la boca —Cyno sintió cómo la cama se hundía a su lado. Candace se había sentado en el borde, cerca de él—. Es que eres imbécil. El té no te lo debes tomar así.

—Es que quería tomarme la pastilla rápido —se quejó. No tenía buenos recuerdos de su infancia. Más de una vez había estado a punto de atragantarse por culpa de pastillas.

—Pues no seas tan ansioso —golpeó su pierna un par de veces—. Por cierto, Cyno.

—¿Mmn? —el peliblanco apretó los ojos y después volvió a abrirlos. Una pequeña molestia en su garganta amenazaba con empeorar.

—Voy a mudarme con Dehya —habló lentamente, con cierto temor.

Candace era consciente del cariño que su hermano le tenía, así que temía hacerle daño. Tanto su infancia como su adolescencia habían sido duras, y la soledad lo había atormentado durante años. Tras su ruptura con Nilou, Cyno había intentado ahogar sus penas acudiendo a fiestas, buscando compañía en otros hombres, y en la mayoría de ocasiones, había buscado algo de sosiego en el alcohol. Por culpa de esa rutina tan dañina, Cyno había acabado abandonando sus estudios durante todo un año, sintiéndose culpable después al darse cuenta del enorme error que había cometido.

Después de tantas peleas, de tantos intentos fallidos, su hermana mayor finalmente recibió el permiso para poder ser un apoyo para él. Entonces, se convirtió en la madre que lo había abandonado y que tanto necesitaba, y al mismo tiempo, fue la hermana mayor que era. Cyno encontró en ella todo lo que había dado por perdido, y finalmente logró seguir adelante, dejando atrás todos los vicios que lo habían acompañado durante todo un año y que tanto daño le habían hecho.

Es por eso que Candace temía irse ahora. Sin embargo, ya había tomado la decisión; Cyno era un adulto y necesitaba dejarla ir.

El verde de mi primavera ♡ CynonariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora