Capítulo 1

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Una sustancia había empezado a expandir un olor algo particular en el laboratorio, digamos que alguien se había desviado un poco de la práctica inicial

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Una sustancia había empezado a expandir un olor algo particular en el laboratorio, digamos que alguien se había desviado un poco de la práctica inicial. Pero vaya, quien diría que los alumnos tenían poca tolerancia con el aroma a flatulencias.

Fue una estampida de estudiantes peleándose por salir del aula de química. Al salir todos veían fijo a cierto rubio de ojos cafés.

—¡Kim Taehyung!

El rubio recién salía del aula, con los lentes protectores aún puestos y un fluido de origen desconocido por toda la bata.

—Ups—sonrió, ladeando su cabeza y elevando sus hombros.

—Señor Kim, esta es la segunda maestra de química que renuncia por su causa—frunció el ceño, viendo al alumno con la ropa manchada, y con un aroma bastante peculiar—¿Qué tiene que decir al respecto?

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—Señor Kim, esta es la segunda maestra de química que renuncia por su causa—frunció el ceño, viendo al alumno con la ropa manchada, y con un aroma bastante peculiar—¿Qué tiene que decir al respecto?

—Solo diré que un poco de excremento de vaca no hace daño a nadie—puchereó—Solo intentaba mezclarlo con algo de melaza, homogeneizarlo con agua para hacer un fertilizante. Además mis compañeros son unos idiotas con un coeficiente intelectual muy bajo, que no soportan nada.

Al director solo le quedó negar con la cabeza y recoger del estante otra ficha para el expediente del alumno.

—Debería de expulsarte, de no ser porque elevas el promedio del curso.

—No volverá a pasar director—sonrió, y se levantó haciendo una reverencia—Prometo que el próximo profesor no huirá como la maestra Jina, que por cierto, de muy mal gusto decir groserías y no presentar una renuncia sería. Consiga mejores docentes—abrió la puerta de la dirección—Un gusto como siempre.

El director rió. Debería dejar de avalar cada tontería del alumno. Estaba tan seguido en la dirección, que ya debería de darle un pase VIP. Las quejas de que su casillero olía a mierda, las chicas que venían llorando histéricas porque el castaño había arrancado mechones de sus cabellos, o tal vez los deportistas que se quejaban del rarito que tomaba muestras de su sudor luego del entrenamiento.

Todo sea por su preciado promedio.

Taehyung regresaba a su casa, luego de que el director lo suspendiera por el resto del día. Lo cual le parecía algo injusto, pero no protestó, le daba la excusa perfecta para compensar las horas de sueño que había perdido la noche anterior.

Al entrar a su casa lo recibió la soledad de esa hora del día, su madre aún no regresaba de trabajar, y el sujeto que puso los espermatozoides se había largado desde hace más de 10 años.

Entró a la cocina con la intención de preparar al menos un sándwich antes de dormir, no quería irse con el estómago vacío.

Acompañó su desabrido almuerzo con un zumo de mandarinas, cortesía del novio de su mejor amigo Jimin.

Al terminar se dió una ducha, para posteriormente aplicar todos sus productos de skin care, ya que no planeaba despertar hasta el día siguiente para ir a la escuela. No sin antes dejar una nota en la cocina para decirle a su madre que ya había comido, y que dormiría el resto del día, deseándole finalmente unas buenas noches.

Pequeño DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora