Kim Taehyung, un estudiante algo inquieto que juega a querer ser científico.
Jeon Jungkook, un profesor que alimenta ese sueño, y tal vez algo más.
Un pequeño desastre era como Jungkook podía definir a Taehyung. Con una dosis extra de ternura.
Koo...
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—Ponte la gargantilla blanca.
—¡Pero pica!
—Ese material no pica, mocoso—lo observó de pies a cabeza y sonrió. Solo le pondría un poco de tinta en los labios e iluminador en la nariz—Traeré mi maquillaje y unos aretes. Quedarás precioso.
—Más te vale, Eunjin.
Y aunque no tenía a quien impresionar, le gustaba sentirse bonito, un poco más femenino, con accesorios delicados, pero sensuales. Algo que solía tener en su armario eran gargantillas, le hacían sentir sexy. Aunque solo le las podía probar y verse al espejo, dentro de las cuatro paredes de su habitación, no se atrevía a salir así.
Eunjin volvía con unos aretes largos y su bolso de maquillaje en una mano. Los colocó con algunas quejas de Taehyung, ya que creía que era demasiado para una simple cena informal.
—Listo—sonrió—Te ves muy bonito.
—Supongo que lo heredé de ti, no del viejo verde que tengo por padre—le sonrió a su madre. Le agradecía internamente por siempre ver por el. Por jamás dejarle solo, y romperse la espalda para darle lo mejor, por jamás cortarle las alas y dejarlo ser. Se sentía de lo más apoyado, en todos los aspectos.
—Creo que es hora de tu regalo de cumpleaños.
Le tendió un sobre grande color caquis. Taehyung frunció el ceño antes de abrirlo.
Una guía de viaje, su pasaporte y un boleto de avión.
Vio a su madre, impresionado. ¿Era lo que creía?
Joder, lo era.
—¿U-un viaje?
—Si.
—Pero no puedes pagarlo, madre. No es necesario, puedes usar el dinero para algo más. No necesitas gastarlo por mí.
—Con un poco de esfuerzo y colaboración de Nam, pude regalarte lo que sé que querías.
Abrió el boleto de avión. Jeju, ese era su destino. Y quería tanto ir, en serio, pero no se hallaba en valor de viajar solo, jamás lo había hecho.
—Eunjin, te amo, pero no puedo ir solo, me perdería, entraría en pánico y terminaría en un hospital desmayado.
—No irás solo ¿Quién crees que soy?
—¿Una madre que quiere que su hijo sea independiente?
—O sea si, pero no—hizo un puchero—Aún no estoy lista para que dejes el nido.
Taehyung rodó los ojos, divertido—¿Entonces?
—Iras con Namjoon y Seokjin. Te quedarás en casa de Nam, porque el vuelo sale temprano en la mañana, así que empaca tus cosas, antes de que empiecen a llegar todos.
