Capítulo 27

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Recién amanecía

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Recién amanecía. Los primeros rayos de sol se colaban por las rendijas del techo y ventanas, iluminando toda la habitación.

Taehyung se removía entre sueños, cubriéndose con las gruesas mantas. Había pasado un poco de frío, gracias a que no se molestó en volver a vestirse por el cansancio. Al menos el calor corporal del pelinegro favoreció su sueño.

Jungkook había despertado cuando el rubio aún seguía durmiendo. No podía imaginar la hora que era, pero quería llegar temprano con los demás y así tal vez evitarse el regaño de Namjoon y Seokjin, y para como veía las cosas, también el de Jimin. Así que tendría que despertar a su rubio.

Empezó dando besos en su nuca, succionando un poco la piel de allí. Siguió con su cuello, enterrando su nariz, inhalando su esencia. En algún punto supo que había despertado, ya que se removía.

—Buenos días, precioso—susurró en su oído, dejando otro beso ahí.

—Mhm—pegó su cuerpo al del pelinegro, esperando que este le arrullara un poco. Había amanecido un poco mimoso ese día.

Aunque no contó con el detalle de que ambos seguían desnudos, y había sentido la erección mañanera de Jungkook, el cual emitió un jadeo cuando lo sintió presionar en esa zona.

—¿Provocándome tan temprano, precioso?—el rubio sonrió, presionándose de nuevo, esta vez, dejando su trasero ahí. Jungkook jadeó—Es enserio, tenemos que llegar temprano.

Taehyung negó, moviéndose hacia atrás y adelante, simulando embestidas.

Jungkook tomó sus caderas, parándolo, aunque el rubio era un terco, y se movía a como de lugar. A parte de mimoso, también había amanecido caliente.

—Mételo—ordenó.

El pelinegro negó. Estaba tratando de resistirse, pero el rubio se la ponía bastante difícil.

Taehyung al ver que se negaba, tomó su pene y lo acomodó en su entrada. Se empaló, pegando totalmente su espalda al pecho de Jungkook, quién gruñó cuando sintió el caliente interior del rubio.

—Eres un caprichoso—mordió su oreja.

—Muévete.

Y así lo hizo.

Un vaivén lento y profundo, sin gemidos muy fuertes, solo jadeos ahogados.

Al cabo de minutos, ambos de corrieron, concluyendo el sexo mañanero. Ahora solo tendrían que darse una ducha, y rezar por llegar antes de que los chicos se despertaran.

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Pequeño DesastreWhere stories live. Discover now