Capítulo 36

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—Ya te dije, Jeon Soobin

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—Ya te dije, Jeon Soobin. Deberías almorzar con tus compañeros y no conmigo en el salón de clases.

—Tú eres mejor, hyung.

—Eso no te lo voy a negar—presumió—pero, debes convivir con personas de tú edad.

—Pero ellos no son tan bonitos como tú—abrió sus grandes ojos de bambi. Taehyung se sintió débil.

—Me rindo—suspiró—Empieza a pasarme tu sándwich, yo te paso mis verduras—el niño asintió eufórico pasándole el sándwich que su papi le había preparado.

Las clases habían iniciado ya hace algunas semanas, y cada día, Taehyung tenía a un pequeño niño en su laboratorio queriendo pasar todo el recreo con él. No se quejaba, pero no quería que el niño fuera retraído.  Por lo que cuando se hizo costumbre se lo comentó a Jungkook. El mayor acordó dejarlo fluir, el no iba a impedir que tuviera contacto con Taehyung, aunque no estaba muy feliz de que su hijo no tratara de hacer amigos.

Cuando el timbre sonó, el pequeño corrió con su lonchera, no sin antes despedirse de su hyung.

Taehyung no tenía clase a esa hora, por lo que decidió pasar por el edificio con su taza de café, y accidentalmente caer en cierta oficina a la misma hora como cada viernes.

Ni siquiera tocó antes de girar el pomo y entrar.

—Tan puntual como siempre.

Tomó asiento del otro lado del escritorio.

—Sabes...no se por qué pensé que sería incómodo si algún día volviéramos a vernos.

—Que aleatorio—se burló Jungkook.

—Piénsalo, ahora parecemos amigos de toda la vida. Vengo, bebemos café y te cuento de cada chico que me irrita en clase.

Era cierto. Ahora parecían viejos amigos, aunque cada uno era una caja de pandora, y los sentimientos no dejaban de florecer en ninguno de los dos, aunque no se atrevieran a aceptarlo.

—¿Volvió a hacerlo hoy?—Taehyung realizó una mueca triste y asintió—Pensé que hoy sería el día, había platicado con él ayer.

—Dale tiempo, Jungkook. Ahora soy una novedad para él, pasaré de moda y empezará a hacer amigos—suspiró—Pero si deseas que retroceda, lo haré.

—Me gusta que le gustes, Tae—le sonrió triste—Pero ha vivido toda su vida en inglaterra, está en un país nuevo y me da miedo que no se pueda adaptar. Solo habla con Namjoon y Seokjin hyung, tú y yo. Sus maestros me han dicho que considere llevarlo al psicólogo, por supuesto ya lo había pensado, pero sabes que por mi ética profesional no puedo hacerlo yo, él necesita otra figura.

—Yo podría darte referencias de algunos—apretó su mano, que estaba sobre el escritorio. Jungkook le sonrió sincero.

—Gracias.

Pequeño DesastreWhere stories live. Discover now