Capítulo 37

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Bufó con impaciencia

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Bufó con impaciencia.

Tomó su teléfono y marcó. Siete tonos y la llamada fue directo al buzón de voz. Genial. Maldito Cho Sunoo, justo cuando más lo necesitaba, y no en el ámbito sexual. Trató de mandarle mensajes, tal vez así respondería.

Se había quedado atrapado en un armario de limpieza. ¿Y el por qué?.

Jeon Jungkook.

Habían pasado exactamente dos semanas desde que ambos se besaron en su oficina, dos semanas desde que el pelinegro le pidió una cita. Ahora este se dedicaba a perseguirlo, y el a huir cada vez que lo veía. El muy atrevido hasta había sobornado a Soobin, su hijo, y mandarle cartitas para que este dejara de evadirlo.

No podía creer lo persistente que era Jungkook, y es que la verdad no podía culparlo, él no se había negado precisamente, ya que cuando este lanzó la pregunta, él otro quedó tan embobado con sus ojos que solo asintió ido para seguir besándolo. Pero cuando al siguiente día quería concertar la cita, Taehyung huyó lo más rápido que pudo y lo ha evitado durante todo este tiempo.

Golpeó la puerta en señal de frustración—¡Jodida mierda!

—¿Taehyung?—una voz muy conocida se oyó del otro lado de la puerta.

Tae se golpeó fuerte con la palma. Genial. Ahora la única persona que podía salvarlo era de quien huía fervientemente.

—¡No soy yo!

Una risita se escuchó—¿Ah no?

—¡No!

—¿Si sabes que somos adultos, verdad?

—Claro que lo sé.

Jungkook rió—Pues no parece, al parecer éramos más maduros antes. Es estúpido. Yo persiguiéndote por toda la escuela y tú escapando de mí—suspiró divertido—Abriré y te dejaré en paz, respeto que no quieras tener una cita conmigo, así que puedes salir sin miedo.

Taehyung se quedó callado. Era verdad, había sido un completo inmaduro, pero no podía evitar ponerse nervioso ante la sola mención de "cita" y "Jungkook" en la misma ecuación. Diablos.

Escucho el click y giró el pomo. Lo primero que vio fue al pelinegro, este no lo veía, estaba a espaldas.

—Lo siento...

—¿Por qué?

—Huir de ti—Jungkook volteo y sonrío. ¿Había ser más perfecto?.

—Si no querías hacerlo solo tenías que haberme dicho.

—No es que no quiera, es solo que es...

—Complicado—dijeron al unísonoro—Lo entiendo, créeme, quizá no debí proponerlo en primer lugar, fue la situación, ese beso...

Claro que Taehyung lo sabía, no había sido el único atontado por el beso. Había sido algo que había deseado por los últimos diez años.

—Lo sé—el menor sonrió—fue perfecto.

Pequeño DesastreWhere stories live. Discover now