Pequeño Desastre

Capítulo 22: Renacer.

—Sabía que el árbol más grande del mundo era un eucalipto australiano. En 1872 registró una altura de 132 metros.

—Es un dato interesante.

—Y también sabía que la ballena jorobada produce un sonido más alto que el del Concorde y puede ser escuchado a 900 kilómetros de distancia.

—No lo sabía, pero lo tomaré en cuenta—sonrió viendo el nerviosismo del rubio, que miraba por la ventana del avión al hablar. Resultaba que también eran compañeros de vuelo—¿Por qué haces esto?

El rubio le miró por primera vez desde que subieron. Al menos era un avance.

—¿A que se refiere?

—A estos datos aleatorios que dices para llenar vacíos—suspiró—Las cosas no tienen que cambiar por lo que pasó.

—¿Volveremos a ser solo profesor y alumno?

—Si eso quieres.

—¿Podríamos ser amigos?—preguntó tímido. Por fin había bajado un poco sus defensas, y ahora solo se sentía avergonzado por la actitud tan infantil que tomó horas atrás.

Durante el check-in había podido conversar con el pelirrojo, dándose cuenta que era un chico agradable, y realmente un amigo de Jungkook, lo cual no supo por qué, pero le causó un gran alivio saberlo. Lo había juzgado mal, eso era definitivo.

—Claro—sonrió—Siempre y cuando sea privado hasta que salgas de la escuela. Podrías meterte en problemas, y a sólo tres meses de graduarte no vale la pena.

—Supongo que está bien. Tampoco quisiera meterte en problemas—pensó si decir lo que quería decir, pero sentía que también le debía una disculpa a él, después de todo era su amigo—Lamento por como traté a tú amigo por la mañana, es solo que algo no me tenia de buen humor.

—No me debes disculpas por eso, que en todo caso serían para él. Pero quien no tiene un mal día de vez en cuando, así que no te preocupes por eso.

Taehyung asintió. Recostó su cabeza en el respaldo, intentando adaptar una buena posición para dormir, aunque no lo lograba en los nada dóciles asientos.

—Puedes recostarte en mí, no me molesta—sugirió el pelinegro. Taehyung aceptó. No veía nada más cómodo que ese fuerte pecho para poder tener un placido sueño. Jungkook lo rodeó con un brazo para pegarlo a él, y que se recostase ahí.

Aspiró el aroma de la colonia de Jungkook, sintiéndose a gusto ahí, entre sus brazos, con una sensación cálida en el pecho.