Capítulo 21

1K 105 2
                                    

La alarma hizo ensordecer sus oídos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La alarma hizo ensordecer sus oídos. El constante sonido le volvía loco. Jimin al lado gruñó fastidiado, decidiendo si apagarla y levantarse o lanzarla por la ventana.

Taehyung revisó la hora en su celular.

5:30 a.m

Habían dormido fácilmente 3 horas. Sentía sus ojos pesados, luchando por no cerrarlos y volverse a quedar dormido. Quitó la sábana de su cuerpo y frotó sus ojos con las manos, intentando espabilar y tener la motivación para ir a la ducha.

Arrancó la sábana del cuerpo de su amigo, quien se retorcía en la cama, buscando algún tipo de calor.

—Apresúrate. Tendremos que bañarnos juntos para salir a tiempo.

Jimin se quejó, pero se levantó.

—Solo si prometes lavar mi espalda—soltó juguetón. Al menos estaba subido de ánimo, a pesar de no haber descansado lo suficiente. Todo lo contrario a Taehyung, que se había levantado malhumorado.

Taehyung fue a preparar la tina, esa habitación no tenía duchas por lo que ambos tendrían que entrar a la bañera. Agregó una bola de espuma y dejó caer el agua tibia.

—Apúrate.

Empezó a desnudarse, quedando solo en unas bragas negras de algodón.

—Te ves sexy. ¿Desde cuando usas bragas?

El rubio volteó espantado. Planeaba quitarlas antes de que su amigo pudiera verlas, aún sentía vergüenza de haber adquirido ese gusto por la ropa interior femenina, la ropa femenina en realidad.

—No son bragas. Son calzones de hombres—justificó.

—Los calzones de hombre cubren toda la nalga, y a ti, mi querido amigo, te la deja a la mitad. Que por cierto, hacen ver tu culo más grande.

Taehyung suspiró.

—Bien, he adquerido un nuevo fetiche de feminización—admitió—He estado comprando faldas y mayas. No es algo de lo que me siento orgulloso, pero se dio natural.

Jimin abría la boca y la volvía a cerrar. Estaba impactado por lo que el rubio le había revelado. Aunque no lo juzgaba.

—No deberías de avergonzarte, al menos no conmigo. Y es que la ropa puede estar diseñada para un género, pero está en ti ponerte lo que te dé la puta gana—abrazó a su amigo—Ahora hay que meternos a bañar si queremos salir a tiempo.

Ambos terminaron de quitarse sus ropas y meterse a la tina, tratando de bañarse lo mejor y más rápido posible.

Se vistieron para después arreglar las cosas que aún les faltaban, y al menos lograr a salir y tomar un café para despertarse. Aunque fue realmente una sorpresa cuando encontraron dos cuerpos desparramados en el sofá, durmiendo uno encima del otro.

Pequeño DesastreWhere stories live. Discover now