Pequeño Desastre

Capítulo 34

Claro que sabía que lo volvería a ver. Sería inevitable, aunque no en estas circunstancias.

Imaginó que tal vez en alguna navidad por Namjoon, o tal vez en algún cumpleaños. Pero jamás pensó que sería en la escuela. La misma escuela en la que lo conoció, en la que se enamoró de él.

Era tan trillado, que parecía mentira. Él recordaba sus aspiraciones por ser un gran científico, no sabía la relación que tenía con la docencia. ¿Que había pasado con él en estos diez años?

Algo en él lo consumía por saber. ¿Estaría bien? ¿Consiguió lo que quería? ¿Logró encontrar el amor?. Todas esas preguntas se amontonaron en su cabeza ahora que lo tenía de frente en esa mesa de juntas.

La reunión pasó en un santiamén con todo el lío en su cabeza. No pudo prestar atención por pensar en la persona dueña de su insomnio por varios años. Justo ahora quisiera poder golpear a Namjoon y Seokjin por no advertirle de esto.

Cuando todos empezaron a salir de la sala, él no supo que hacer. Bien podría ir por su hijo, llegar a casa y lamentarse de haber aceptado el trabajo. También podría acercarse y quitarse la curiosidad encima. Y claramente la segunda opción le parecía más llamativa, a pesar de su timidez. El único problema ahora era que no sabía como sentirse ante él. Pareciera que su belleza se había multiplicado por diez, y que su porte con una leve aura dominante hiciera quererlo salir corriendo.

Con una determinación que salió literalmente de la nada, lo tomó del brazo antes de que pudiera salir. Volteó rápidamente, con bastante asombro en su expresión. Quizá había sido un impulso muy fuerte.

Y para su suerte, al parecer sólo habían quedado ellos dos en la sala por ser los últimos en la mesa.

—Hola Taehyung—lo miró directamente. Sus ojos seguían siendo preciosos. El nombrado lo vio confundido. Por su cabeza si había pensado ignorarlo, y hacer como si nada hubiera pasado.

—Jungkook...—fue un susurro vago. Es como si solo lo hubiera pensado y no pudiera creérselo

—¿Cómo has estado?—la pregunta era de rutina, pero en su cabeza sonó tan estúpida que en seguida quizo retractarse y pensar algo mejor.

—Bien. Pensé que seguías viviendo en Londres.

—De hecho, estuve en Manchester en los últimos años—Taehyung asintió—Recién volví ayer.

—Claro...—acomodó su cabello, claramente incómodo—Pues...bienvenido de nuevo. Me tengo que ir.

Jungkook sacudió su cabeza aturdido por la clara evasiva—Por supuesto, nos vemos—esperó a que saliera de su campo de visión para darse una palmada en la frente con ímpetu. ¿Por qué siquiera pensó en hablarle? ¡Se sentía patético!

Caminó decidido hasta el estacionamiento. Con cada paso sentía hacer retumbar el suelo por lo fuerte de sus pisadas. Justo ahora tenía muchas ganas de poder estrangular a alguien. Seokjin y Namjoon sonaban bien para él.