⚸ | Capítulo 19

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—¿No está muy temprano para que estés aquí solecito?

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—¿No está muy temprano para que estés aquí solecito?

—Papá, me haces sentir como que no te agrada mi presencia.

—Son las ocho de la mañana, ¿Ha pasado algo?

—No, pero hace días que no te veo, hemos hablado poco por teléfono, quería verte y aproveche que lleve a Sébastien a la guardería y vine.

—¿Ya desayunaste?

—No.

Entramos juntos al comedor, apago mi teléfono, porque mamá empezó con su llamadera desde que dieron las seis de la mañana, no tengo ganas de escucharla quejarse de lo mismo una y otra vez, pongo toda mi energía en papá, escucho con atención todo lo que me cuenta, ha estado muy ocupado con algunas cosas del consejo, pero todo está bien, hay nuevas personas en el pueblo, eso significa que serán buenos tiempos.

Me pregunta cómo me siento en la casa de Bastian, le digo la verdad, no me siento incomoda, me hacen sentir como si fuera parte de su familia, es bonito contar con más de una persona, comer entre risas, peleas o ruidos de bebés, anhelaba tener una familia grande, quería muchos hermanitos, pero no se dio, así que aprovecho la oportunidad de estar en una casa llena de personas.

Cuando terminamos de desayunar, lo ayudo con algunos papeles en su despacho, tiene que firmar algunos contractos, me gusta pasar tiempo con papá, amo la dedicación y el empeño que le pone a cada obra que hace, le gusta mucho invertir su dinero en orfanatos o lugares donde le dan cobija y comida a los desamparados, mamá odiaba cuando él hacia eso, decía que solo botaba el dinero con personas que nunca se lo agradecía, pero papá siempre respondía que él no buscaba la gratitud de nadie, que lo hacía por le nacía.

Olga toca la puerta y nos comunica que la comida está lista, me sorprendo cuando ella lo dice, las horas han pasado volando, pero no tengo mucha hambre, así que me despido de papá, tengo que ir a recoger a Sébas a la guardería, salgo de la casa, buscando la llave del auto en mi cartera, prendo mi teléfono y me entran varios mensajes y llamadas perdidas de mamá, la ignoró, suena una canción en la radio y le subo el volumen, luego de media hora manejando llego a la puerta de la guardería, la maestra viene caminando con Sébas, abro la puerta y él se sube.

—Adiós maestra.

—Nos vemos mañana Sébas.

—Hola mamá, te extrañe.

—Pero si nos vimos hace unas horas.

—No importa, como quiera me hiciste falta, ¿Tú no me extrañaste a mí? —hace un puchero y cruza sus brazos, sacándome una sonrisa, me acerco a besar su mejilla y abrochar su cinturón.

—Claro que sí bebito hermoso.

—¿Segura?

—Segura.

Se emociona y me habla de lo que aprendió hoy, dice que jugo mucho con sus amiguitos, pero que tiene mucha hambre y quiere llegar ya a la casa, estaciono el auto en la entrada, me desabrocho el cinturón y apago el auto, hago lo mismo con Sébas, me bajo y voy abrirle para bajarlo, agarra su mochila y se manda corriendo a la casa, le pongo seguro y camino detrás de él.

Luna Engreída ✓Where stories live. Discover now