Luna Engreída ✓

⚸ | Capítulo 39

FINAL

El tiempo pasa volando, lo compruebo cuando veo a Sébastien corriendo detrás de Alem, una sonrisa se curvea en mis labios cuando los escucho reír a carcajada, nunca antes me había imaginado creando una familia, pero me gusta el resultado, el sol se está ocultando, Alem llega corriendo a mis pies alzando la mirada mientras sonríe, tiene las mejillas sonrojadas, el cabello alborotado y la ropa sucia de tierra.

—No te enojes mami, no quise ensuciarme, ¿Verdad Sébas?

—Es cierto mamá, él no se quiso ensuciar, ni yo tampoco.

Mantengo mi rostro serio mientras los dos me observan con impaciencia, pesando que los voy a regañar, pero les regalo una sonrisa mientras limpio las mejillas de Alem, Sébas suelta un suspiro limpiándose el sudor de la frente, me sorprendo cada vez más por lo rápido que crecen, mis bebés en un par de años dejarán de ser unos bebecitos, un nudo se forma en mi garganta, no sé porque ando tan sentimental estos últimos días.

Antes de ayer celebramos el cumpleaños número ocho de Sébastien, la casa todavía tiene evidencia de todo lo que se vivió aquí, la cabeza me duele de solo recordarlo, tantos niños correteando por toda la casa, ensuciando el piso y luego tratando de limpiar el reguero con sus ropas, no volveré hacer una fiesta de niños en mi casa, para la próxima alquilaré un lugar o algo así, hasta mi pobre planta la pisotearon.

He tratado de revivirla, pero no lo logró, llame a papá para que acuda a mi rescate, Sébas parlotea de que quiere una piscina en el jardín mientras Alem pasea por el lugar mirando mis plantas, se acerca con curiosidad a la que está dañada, observo con atención cuando la toca, de sus dedos sale una pequeña chispa que le da vida a la planta al instante, se sorprende y me busca con la mirada, mira su mano antes de volver a mirar la planta.

—Mamá, ¿Viste eso?

Sonríe cuando un pequeño rayo sale de sus dedos, aunque el gen de Bastian sea el predominante, la magia abunda en él.

—Oh pequeño rayito, así que tu abuelo tenía razón.

—¿Por qué Alem tiene poderes y yo no, mamá?

—Porque tu poder es ser un alfa corazón, Alem es un lobito con un toque de magia.

—Pero yo también quiero tener magia, mamá.

Hace un puchero y me mira con sus ojitos de borrego que ablandan el alma.

—Tu magia está aquí —señalo su cabeza —, y aquí también —pongo un dedo en su corazón —. Eso que tienes ahí es lo que te hace un ser mágico.

—No entiendo la mayoría de cosas que dices, pero te creo.

Una carcajada brota desde lo más profundo de mi garganta, Sébastien siempre me hace reír con sus ocurrencias, miro la hora en mi reloj, ya pronto se esconderá el sol, nos adentramos a la casa, para subir a la habitación a quitarles la suciedad, hace unos años que somos una familia de cuatro, porque Becca y Brandon se mudaron solos a dos cuadras de aquí, aunque ella se quedó hasta que Alem cumplió un año, para ayudarme con él.