Luna Engreída ✓

⚸ | Capítulo 27

—Bien, te lo enseñaré, ¿Segura de que te sientes bien?

—Sí, ya me siento mejor.

Me levanto con más animo de la silla, regalándole una sonrisa, él camina delante de mí abriendo la puerta trasera de la cocina, que nos lleva al jardín que conecta con el bosque, ladeo mi cabeza recibiendo los rayos del sol en mi rostro, suelto un suspiro, entrelaza nuestras manos guiándome, estoy nerviosa, aunque parezca que no, es un momento especial porque conoceré al lobo de Bastian.

Contengo la respiración cuando se detiene en medio del bosque, desde aquí puedo ver el lago, aunque está un poco lejos, mi vista regresa al frente y lo veo quitándose la camiseta enseñándome sus pectorales, contengo la respiración todavía no me acostumbro a verlo desnudo, aunque es una experiencia excitante, mis mejillas se sonrojan cuando llega un recuerdo de esa noche a mi mente.

—¿Estás tratando de seducirme?

—¿Lo estoy logrando?

—Debes de ponerle un poco más de esfuerzo —sonríe de medio lado mientras ladea su cabeza, sus manos van al botón de su pantalón quitándoselo, humedezco mis labios mirando esa acción —. ¿Por qué te quitas la ropa?

—No quiero romperla cuando me transforme.

—No sabía, pensé que la ropa se mantenía intacta.

—Todavía no han inventado ese tipo de vestimentas.

—¿Me estas queriendo decir que cualquiera te puede ver desnudo cuando te transformas?

Frunzo el ceño cuando él suelta una gran carcajada que retumba en el bosque.

—Te ves tan hermosa cuando te pones celosa, pero nadie me ve desnudo siempre me transformo cuando estoy solo o muy lejos de todos.

Asiento lentamente mientras cruzo mis brazos, lo miro con atención cuando se queda completamente desnudo, siento mis mejillas calientes, muerdo mi labio inferior, escucho como sus huesos suenan veo como empieza la transformación se nota que no se siente tan agradable como pensé, y luego sucede, un lobo negro el doble de mi tamaño aparece en mi campo de visión, abro mi boca cuando veo los irises de sus ojos.

Son completamente rojos.

No sé en qué momento empecé a caminar hasta él, pero mis manos van a su pelaje que es completamente suave y sedoso, ronronea y con su hocico acaricia mi cabeza, sigo acariciándolo, es impresionante lo que estoy viendo, Sébastien en modo lobo es súper tierno, dan ganas de abrazarlo, pero Bastian impone poder, superioridad, es tan grande que a simple vista da miedo, sus colmillos destrozarían a quién sea.

—¿Puedes escucharme? —mueve su cabeza en señal que sí lo hace —. Esperaba que fueras más pequeño, del tamaño de los lobos que vi la primera vez que nos conocimos, aunque pensándolo bien eres un alfa, debe de haber una caracterización que los diferencie a ti de ellos, aparte del color de tus ojos obvio.