Luna Engreída ✓

⚸ | Capítulo 30

He vomitado tres veces en menos de seis horas, no quiero admitirlo, pero que Oliver este en el pueblo me pone nerviosa, no por él, sino por lo que representa que haya venido a buscarme, le conté a Lena porque necesitaba confirmar que ella no le dio la dirección, no sabemos cómo llego aquí, fui con papá hace dos días porque ha incrementado el flujo de turistas en el pueblo, tampoco saben porque está sucediendo esto.

Hoy hay una feria, por eso las calles del pueblo están repletas de personas, recojo todo para cerrar la tienda, solo quiero llegar a casa acurrucarme y dormir hasta perder la conciencia, tengo un mal presentimiento, esa sensación no ha abandonado mi cuerpo desde la mañana, nunca antes había sentido algo así, siento que mi cerebro jugando conmigo, manteniéndome alerta solo porque sí, suelto un largo suspiro, antes de salir de la tienda.

—¿Disculpe, sabe dónde queda sweet and cookies? —me doy la vuelta, hay un grupo de chicas frente a mí, la pelirroja es la que me hace la pregunta.

—A dos calles a mano izquierda, ahí encontrarán la cafetería.

—Gracias.

Se van camino por dónde le di la indicación, ellas son turistas, no lo digo porque son humanas, más bien porque andan con un mapa mirando a dónde irán, eso me saca una risa, hace años que no veía un mapa del pueblo, por lo menos la economía se disparará ya que muchos están consumiendo lo que vendemos, incluso aquí han venido a comprar, ha sido una semana interesante y estresante a su vez, pero hay que agradecer por todo.

Suelto un jadeo cuando veo que el sol se está ocultando, no me gusta manejar de noche, no sé porque, pero nunca me ha gustado y menos aquí, me apresuro a cerrar la puerta del local para salir del pueblo, lo único bueno de esto es que puedo ver la puesta del sol, le tomo una foto al cielo subiéndola a todas mis redes, me gusta mucho todo lo que tiene que ver con la astronomía, si no fuera tan buena en mis diseños, seguramente hubiese estudiado eso.

El amor hacia la astronomía me la inculco papá desde pequeña, él sacaba su telescopio y pasamos horas mirando el cielo y las estrellas, incluso me puso Adhara por la estrella de la constelación Canis Major, mamá quería ponerme otro nombre, pero papá gano la batalla, no recuerdo si hoy o mañana habrá lluvias de estrellas, buscaré esa información cuando llegue a casa, las calles del pueblo están iluminadas y abarrotadas de personas.

Paso por la calle donde está la feria, me dan ganas de quedarme con solo ver la rueda de la fortuna, pero esa sensación tan abrumadora que tengo en la boca del estómago no me deja, solo espero que desaparezca cuando llegue a casa, supongo que extraño demasiado a mi bebé y a Bastian, sí tiene que ser eso, la carretera está desierta, pero me mantengo alerta, nunca he tenido un accidente de auto, espero que este día no sea la excepción.

Pongo música para relajar mis músculos, estoy muy tensa, canto hasta los anuncios, hago un pequeño baile con mis hombros, hasta reírme sola porque me veo muy estúpida, un auto pasa muy rápido al lado de mí, me asusto, pero sigo avanzando, estoy a nada de llegar a la entrada de la manada, desde aquí la veo, miro por el retrovisor y no se ve nada, así como lo vi, desapareció el auto, no sé porque manejan como si les importará una mierda causar un accidente, llego a la casa, sana y salva.