Luna Engreída ✓

⚸ | Capítulo 29

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—Adhara, por fin te encontré, pensé que nunca lo haría, estuve vagando por el pueblo, buscándote, pero se me hizo difícil dar contigo, es el destino que nos quiere juntos.

Sigo pensando que es una jodida broma, no puedo creer que él está aquí, delante de mí, sonriéndome como que acaba de encontrar una mina de oro, miro por encima de mi hombro, Bastian está hablando con alguien dándome la espalda, suelto un suspiro, necesito salir de aquí antes de que él venga, no quiero que nos vea hablando, no sé cómo vaya actuar cuando sepa que mi ex apareció de la nada.

—El destino no es una perra, nunca me querría contigo, no seas iluso, sí viniste a ver como estoy, mírame, estoy perfecta, feliz y cada día más bella, ahora lárgate.

—No seas tan cruel conmigo, me lastimas.

—Ay pobrecito, ¿Te lastimé? —hago un puchero, sus facciones se ablandan cuando me mira —. Me da igual si te duele o no, no me interesa nada referente a ti Oliver, terminamos, nuestra relación murió ahí.

—No murió, sé que todavía me amas, así como te amo yo a ti.

—Ahora eres incrédulo, aparte de ser sordo por lo que veo, si te crees esa mentira es porque estas mal de la cabeza, te puedo recomendar un psiquiatra.

—¿Quién era ese tipo?

—A ti que te importa, pero para aclarar tus dudas, es mi esposo.

Lo último lo digo con una gran sonrisa, Oliver me observa como si un tercer ojo ha brotado en mi frente, suelta la bolsa de golpe al suelo y se acerca sigilosamente a mí.

—¿Rompiste nuestro pacto?

—¿Que pacto?

—El que hicimos cuando nos hicimos novios, que estaríamos juntos por siempre, que nos casaríamos y tendríamos bebes.

No puedo evitar reírme, por todos los dioses, ¿Será que está consumiendo drogas o algo así? No puedo creer en el estropajo de ser humano que se ha convertido Oliver, lo miro y no lo asocio con lo que era antes, dio un cambio del cielo a la tierra.

—Sí, en definitiva, estás mal de la cabeza.

—Adhara, eres el amor de mi vida, te amo tanto que aceptaría quedarme a vivir en este pueblo, lleno de personas extrañas, solo por ti, te haría la mujer más feliz del mundo si me dices que sí.

—No, ya te puedes ir.

—Ese idiota es un estorbo, por él no quieres estar conmigo, lo quitaré del medio.

Intenta pasarme por el lado para ir a dónde está Bastian conversando con otras dos personas más, no sé quiénes son, pero antes había solo uno, ahora se unió alguien más, desde aquí no logro ver con claridad, aunque se ve amena la conversación, agarro a Oliver por el brazo, bloqueándole el paso y parándome de frente a él.