THORKI - Colección de One-Shots

Familia en Navidad

- Papi... ¿existe Santa Claus? - Fenrir preguntó con cierta duda tristona en sus ojos.

Loki quiso decirle que no. Que era un horrendo invento que propiciaba a la gente a comprar regalos y a endeudarse. Que era creepy la idea de un sujeto vestido ridículamente entrando a cada casa de noche. Que le parecía absurdo adornar un árbol muerto para que "alegrara" el tonto living.

Pero no, Thor lo odiaría por siempre si le dijese semejante cosa a su hijo de cuatro años.

Además, no podía romperle el corazón a su hijo. Era demasiado pequeño aún.

- Sí, cariño. Por supuesto que existe. - Se obligó a decir, para calmar el malestar de su hijo.

Fenrir lo miró pensativo, y Loki empezó a inquietarse. Él era bueno mintiendo, pero no lo era cuando se trataba de algo que le parecía poco digno de mentir.

Por suerte, su esposo llegó justo a tiempo para hacerse cargo de la situación.

- ¿Qué anda pasando aquí? - Thor preguntó sonriendo, y Loki lo miró escéptico.

No podía entender como las fiestas lo podían poner de tan buen humor.

- Mi amigo me dijo que Santa no existe... - Fenrir explicó alicaído, encogiéndose de hombros.

El ceño de Thor se frunció como si hubiese sido insultado.
Loki tuvo que hacer un esfuerzo por no reírse.

- Tu amigo no sabe lo que dice. Por supuesto que Santa Claus existe, hijo.

Fenrir lo miró dubitativo y finalmente asintió con un suspiro.
- Gracias papi. -

El niño rodeó a Thor en un abrazo, y tras sonreírle a Loki, volvió al sofá donde sus juguetes lo aguardaban para seguir jugando.

* * *

Esa misma noche, Loki se encontró suspirando al ver a su esposo caminar de un lado al otro en su dormitorio.
Dejando de lado el libro que estaba leyendo, se levantó de la cama y alcanzó a Thor.

- ¿Me dirás qué tienes o harás un surco gigante en nuestro piso?

Thor lo miró con tristeza.
- Nuestro bebé es demasiado pequeño para dejar de creer en Santa Claus.

Loki sonrió, negando con incredulidad.
- En primer lugar, no es un bebé. Tiene cuatro año-...

- ¡Bebé! - El rubio insistió con vehemencia, y Loki se dio por vencido.

No tenía caso discutir con un cabeza-hueca como su esposo.

- Como sea... ¿por qué te importa tanto? Tarde o temprano descubrirá que el anciano depravado que se mete por las chimeneas no es real.

La mirada ofendida que le lanzó su esposo fue sublime.

- ¿Por qué eres así? Santa es mágico. No es un pervertido. Tú eres un pervertido por pensar en él de esa forma.

Loki rodeó el cuello de su esposo con una sonrisa pícara.

- ¿Acaso olvidaste la vez que te pusiste un traje sexy de Santa y me obligaste a chup-...-

- ¡Loki! - Thor lo regañó con las mejillas encendidas.

La reacción avergonzada de su pareja lo hizo divertir.

- Oh vamos. ¿Acaso en navidad te vuelves un santo? - Loki comentó con picardía, bajando sus manos a lo largo del pecho de su esposo.

Thor se estremeció ligeramente bajo su toque, sin embargo su semblante se volvió a inundar de preocupación.