THORKI - Colección de One-Shots

Nana.

Advertencias: M-preg. Fluff.

Loki canturreaba una nana para su pequeña hija mientras la mecía entre sus brazos. Los rayos de sol realzaban sus finas hebras doradas y contempló embobado sus delicadas facciones. Si no fuera porque tenía el mismo color verde que sus ojos, la pequeña sería una réplica exacta de su padre, pensó algo molesto.

Al parecer el destino continuaba burlándose de él y su bebé era una Odinson con todas las letras. Pero en el fondo, muy en el fondo, no le molestaba. Después de todo amaba a Thor y su hija no era otra cosa más que el resultado de ese amor. Un amor que durante años se había visto empañado por su propio dolor y resentimiento, pero eso había quedado en el pasado. Thor no era el culpable de los errores de su padre y tardó demasiado tiempo en comprenderlo.

Estrechó a su hija aún más contra su pecho y disfrutó de la sensación de calidez que lo recorría cada vez que la tenía junto a él. Durante meses había imaginado como sería pero ninguna de sus fantasías se había asemejado a la realidad. Aún seguía sin poder creer que algo tan bello y puro pudiese haber salido de él.

- Mi reino por ese pensamiento... - La inconfundible voz de su esposo sonó detrás suyo y Loki sonrió aprovechando que el otro no podía verlo. Se había ido por horas y ya comenzaba a extrañarlo.

- Con gusto te diré en que pensaba si me dejas el reino de Asgard. - Respondió maliciosamente. Su hija se estremeció levemente pero continuó sumida en su plácido sueño.

- Eres mi esposo y como tal gobiernas junto a mi. ¿No es eso suficiente para ti, hermano? - Thor inquirió mientras se acercaba a ellos.

- ¡No soy tu hermano! - Loki repuso molesto. - Y respecto a tu pregunta... bueno, también podrías morir y Asgard sería totalmente mía. Eso sí sería suficiente para mi. - Respondió mordaz.

- Es cierto, pero tanto tú como yo sabemos que no te casaste conmigo por Asgard. Puedes engañar a quien quieras, pero no a mi... - Thor lo abrazó por detrás y el Dios de las travesuras se estremeció levemente.

- ¡Oh el poderoso Thor tan seguro de si mismo! - Loki exclamó con sarcasmo pero se arrepintió de inmediato cuando su hija de removió molesta entre sus brazos.

- Ves? A nuestra pequeña princesa no le agrada que mientas. - Thor repuso con diversión mientras estrechaba la cintura de su esposo y apoyaba su cabeza en el hombro contrario para observar a su bebé. Era tan hermosa como el mismo Loki.

- Calla tu boca, Odinson. La despertarás y te mataré yo mismo. - Loki susurró por lo bajo.

Intentó concentrarse en su hija pero la presencia y el cálido tacto de su esposo lo hacía sentir embriagado. Sí, definitivamente Thor le producía la misma sensación que litros de alcohol arremolinandose en sus venas. Calor, latidos erráticos, pérdida de sus defensas... Se sentía vulnerable y despojado de su malicia natural. Pero no se lo demostraría, Thor ya tenia un ego demasiado grande como para seguirselo alimentando.

- Con gusto me callaré si me das con lo que entretenerme... - Thor susurró en su oído y su cálido aliento chocando contra su oreja lo hizo estremecer.

- ¡Eres tan primitivo! Suéltame, iré a recostar a mi hija y a alejarla de tu poco decoro! - Loki repuso indignado, aunque lo cierto era que el bruto comportamiento de su esposo le encantaba.

- Está bien, lo haré. Pero te espero en nuestros aposentos. Tengo algo que darte. - Thor murmuró aún cerca suyo.

- ¡Eres tan predecible! - Loki soltó con exasperación mientras depositaba un suave beso en la frente de su hija. - Sólo espero que ella haya heredado mi inteligencia o la pobrecita estará perdida. -

- Aún así me amas, y también la amarás a ella. - Thor susurró con dulzura dejando un suave beso en la mejilla de su esposo. - Te amo, Loki. - El rubio lo soltó, dejó un tierno beso en la frente de su hija y tras dedicarle una sonrisa ladina, se retiró.

Loki lo observó desaparecer y en sus finos labios asomó una sonrisa.
- Yo también te amo, Thor Odinson. -