En otra vida.

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Loki cerró los ojos y respiró profundo, sintiendo como el frío calaba su piel y su alma. Era irónico porque ese mismo frío era parte de él, sin embargo durante años había aprendido a templarlo con la calidez de la persona más importante que había tenido en su vida, Thor.

Pero ahora que se encontraba lejos, el frío y la soledad era todo lo que tenía, y tenía que convivir día a día con ambos.

Durante más veces de las que podía recordar había deseado justo eso, vivir apartado de todo lo que alguna vez le había causado envidia y dolor, pero ahora que lo tenía no era lo que había imaginado. El resentimiento no le había permitido ver con claridad lo afortunado que había sido de tenerlo a su lado, ni tampoco le había permitido amarlo como realmente se lo había merecido.

Y ahora su mente daba vueltas con una infinidad de reproches que sólo dejaban de golpearlo cuando el sueño lo vencía, y podía sumergirse en el mundo onírico, donde volvía a encontrarse una vez más con su noble hermano.

Arrojó una piedra al lago que tenía en frente, observando como ésta se hundía inevitablemente y volvió a arrojar otra. De pequeño solía jugar con su hermano y competían para ver quien la arrojaba más lejos. Generalmente ganaba Thor, solía ser el que tenía más fuerza, aunque en ocasiones lo dejaba ganar, y Loki disfrutaba de su falso triunfo como si fuera verdadero. Aún en esos pequeños detalles era visible el amor de su hermano por él, y había estado tan ciego que no había podido verlo. 

Unas lágrimas solitarias cayeron por su rostro, y deslizó sus dedos para limpiarlas. Eran inevitables si pensaba en Thor y en todo lo que había vivido a su lado. Muchas veces se preguntaba si estaría bien, si estaría disfrutando siendo el rey de Asgard, si se habría casado, si alguna vez pensaría en él. Le aterraba la idea de que lo odiase, o de que se hubiese olvidado completamente de él.

- ¿Otra vez pensando en él? - La anciana mujer se acercó a él y lo miró con un semblante de lástima que revolvió ligeramente el estómago de Loki. Ella le simpatizaba y lo había recibido con amabilidad cuando se hizo pasar por un viajero perdido. En poco tiempo habían aprendido a llevarse bien y él no había podido evitar contarle de su hermano, y su vieja vida. Por supuesto había obviado los detalles de que eran dioses y que había vivido en un reino. Sólo confundiría a la pobre mujer.

- ¿Qué te hace pensar eso? - Inquirió con una traviesa sonrisa.

- Tu mirada se vuelve más triste, si es posible, y aunque estás aquí sentado, es evidente que tus pensamientos están en él. Una vez amé como tú y también tuve que sufrir la ausencia. Pero no te preocupes, algún día lo olvidarás, y sólo te quedarás con los gratos recuerdos. Después de todo eso es lo que cuenta, recordar a los seres queridos de la mejor manera! - La mujer repuso con una leve sonrisa en su arrugado rostro.

La sonrisa de Loki se desvaneció, y sus ojos volvieron a empañarse sin que pudiera evitarlo. Él sabía que ni aunque quisiera podría olvidar a Thor. Su torpeza, su humor, su sonrisa, su cariño, ¿cómo podría dejar todo eso atrás?

- ¿Crees en otras vidas? - La mujer preguntó, observándolo detenidamente. La pregunta lo tomó por sorpresa, y tuvo que pensar varias veces antes de responder.

- Yo... no estoy seguro. Supongo que no. ¿Por qué me preguntas eso? - Loki inquirió confundido.

- Es una pena. Si creyeses que existen, al menos tendrías el consuelo de que volverás a encontrártelo en la próxima, en una circunstancia más amena. -

- Él no sería él, y yo no sería yo. No nos recordaríamos, seríamos dos extraños. No sería un consuelo para mi. - Loki respondió con cierta pesadumbre y la anciana volvió a sonreír.

- Las almas que están destinadas a estar juntas, siempre se encuentran. Vida tras vida. Sin embargo eres aún demasiado joven como para creer que ya no volverás a verlo. ¿No hay ni una sola esperanza de que él pueda perdonarte? - Ella inquirió pensativamente.

- No. Hice cosas malas, realmente malas. Es mejor así. - Loki se puso de pie con cuidado, y se sacudió sus ropas. - Ahora creo que deberíamos entrar. Ya está anocheciendo. -

La mujer asintió, y ambos caminaron hacia la sencilla casa de la anciana. 

Durante la cena Loki permaneció en completo silencio, como usualmente hacía a menos que la mujer intentase sacarle charla, pero esta vez había optado por no hacerlo y él le estaba agradecido. No se sentía con especial ánimo de hablar. Ya había hablado lo suficiente por ese día.

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A medianoche se despertó confundido y asustado. Había soñado una vez más con Thor, pero había sido una pesadilla en la que moría. Se quedó sentado intentando normalizar su respiración, y convenciéndose de que sólo había sido un sueño y que su hermano estaba bien. Pero cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Thor sin vida aparecía, y el pánico volvía a recorrer su cuerpo.

Se levantó de la cama en completo silencio, y tras ponerse un abrigo, salió directo al frío de la noche. Se abrazó a si mismo, y caminó por la orilla del lago durante un largo rato, intentando despejar esos malos pensamientos. Finalmente se detuvo junto a un frondoso árbol y se apoyó en él, cansado.

- Espero que sólo haya sido un mal sueño, y estés bien Thor. Te extraño, hermano. - Loki repuso en voz alta en medio de la silenciosa noche, y volvió a abrazarse a si mismo. Hacía frío.

- Entonces vuelve a casa... - Una voz que hacía demasiado tiempo no escuchaba sonó a su espalda y un escalofrió lo recorrió por dentro. Giró bruscamente en busca de su alucinación, no podía ser real. Pero cuando volteó, se encontró con Thor, sano y salvo. ¿Se estaba volviendo loco?

- No eres real, no puedes ser real... - Fue todo lo que pudo decir. Quería moverse, pero se sentía paralizado. Cerró los ojos, y volvió a abrirlos, pero la figura de su hermano seguía de pie. 

- Soy real. - El rubio se acercó a zancadas con una tierna sonrisa en su rostro, y en cuanto llegó frente a él, lo atrapó en un cálido y apretado abrazo. Loki le correspondió, disfrutando de la sensación. Deseando internamente que no fuera un sueño. Aunque era demasiado bueno para ser cierto.

- Thor... perdóname. Jamás quise lastimarte. Yo estaba cegado y... - Su hermano lo silenció con suavidad. Continuaron abrazados, sin poder separarse. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que habían estado así.

- No me importa lo que pasó. Te busqué incansablemente, y ahora que dí contigo no te dejaré. Por favor, Loki. Resolveremos todo, pero vuelve a casa. Te necesito. - Thor suplicó contra su cabello.

Las lágrimas lo asaltaron por segunda vez en el día, pero esta vez eran de felicidad. Tenía una segunda oportunidad, no tendría que esperar a la siguiente vida para estar al lado de Thor.

- Por supuesto que me necesitas. Me extraña que hayas sobrevivido sin mi todo éste tiempo. - Loki repuso con diversión y su hermano lo soltó, dejando salir una carcajada.

- No cambias más, hermano. - Thor repuso con una sonrisa. - Y me alegra que así sea. Te quiero, Loki. Tal y como eres. - Agregó con los ojos brillosos y el menor sintió que la calidez que tanto le había faltado, volvía y comenzaba a derretir el frío de su interior.

- Yo también te quiero, Thor. Gracias por haber vuelto por mi. - Volvieron a fundirse en un acogedor abrazo, y permanecieron así, como si en ese abrazo pudiesen reparar todos los años de dolor.

Lo cierto es que no podían borrar su oscuro pasado, pero aún tenían un brillante futuro por delante. Y un sinfín de vidas donde volver a encontrarse.

Porque aunque la vida los pusiese a prueba y los separase, siempre encontrarían la forma de volver a estar juntos.












THORKI - Colección de One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora