THORKI - Colección de One-Shots

Discusión.

Advertencia:
Thor Bottom.
Loki Top.
Smut.

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- Thor... - Loki siseó molesto cuando el rubio restregó su nariz contra su cuello. Hacía diez minutos que estaba intentando concentrarse en el contrato que tenia en el regazo, pero su mimoso esposo no se lo permitía.

Thor suspiró resignado.
- Bien, me rindo. - Se alejó con los labios abultados, y una expresión triste en su rostro.

Eso era lo que Loki más odiaba en el mundo. La mueca que hacía su rubio cuando se sentía rechazado y el poder que esa expresión tenia sobre él.

Simplemente no soportaba ver a su esposo así.

- Thor... - Lo llamó con suavidad, atrapándolo del brazo antes de que se levantara del sofá en el que estaban juntos.

El rubio se quedó en silencio, mirando cualquier punto fijo sobre la pulcra alfombra del living.

Loki suspiró.

- Oye... no te quedes así. Ya sabes... tengo que terminar de leer estos papeles para mañana. Tengo una importante reunión con los socios de la empresa y necesito tener todo esto fresco y claro en mi mente. -

Thor se puso de pie, observándolo con una mirada dolida que Loki hubiese preferido no ver.

- Siempre es tu trabajo, Loki. Yo intento ser buen esposo, recibirte con una sonrisa, darte cariño, y también tengo un trabajo. Pero eso no quita que quiera pasar tiempo de calidad contigo. Te extraño, y el poco tiempo que estas aquí tu simplemente tienes ojos para tus papeles. Yo quiero... -

Oh, no. Su matrimonio estaba a punto de irse a la mierda por su estúpido pepino en el culo.

- Thor... piénsalo, por f---... -

- Quiero un perro. - Thor completó apagado.

Loki lo miró perplejo.
- U-un perro...? - No podía creerlo.

- Sí. Un perro. Será más cariñoso que tú, eso es seguro. -

- Thor... - Loki se puso de pie, y sonriendo seductoramente a sabiendas de que eso derretía a su esposo, se acercó a él, tomándolo entre sus brazos.

- Suéltame, Loki. - Murmuró ofendido.

Aunque no se lo admitiera a si mismo, a Loki le gustaba ese juego de seducción.

- Vamos, cariño... sabes que me importas. No sigas con esto. No necesitas a un perro, me tienes a mi. - Loki comenzó a depositar suaves besos sobre la piel bronceada de ese cuello que tanto adoraba. Sabía que era un punto débil para Thor, y sonrió triunfal cuando un leve gemido escapó de sus labios.

Lo tenía justo donde quería.

- Sí crees que regalándome algunos besos te perdonaré, estas equivocado. - El rubio lo empujó, e hizo un esfuerzo por contener la risa ante la mirada desconcertada de su esposo. Estaba enojado, pero lo amaba tanto que siempre le perdonaba todo.