THORKI - Colección de One-Shots

Pole Dance.

Advertencia: contiene smut.

Thor estaba en el gran jardín de la mansión Stark conversando con su amigo Bruce, sin saber que Loki lo observaba fijamente desde la ventana de su habitación.

El dios de las travesuras sonrió con malicia, ultimando en su mente los últimos detalles de su siguiente broma que tendría como objetivo a su inocente y rubio hermano.

Desde que habían llegado a Midgard se la pasaba encerrado en su habitación leyendo, o creando pequeñas ilusiones para molestar a los ridículos amigos de Thor, pero el aburrimiento era excesivo y pensaba redoblar su propia apuesta e ir por algo más grande. Tony, presa de su reciente ruptura con Pepper, había sugerido ir esa misma noche a un bar. Por supuesto ninguno sabía que la especialidad de ese lugar eran las atractivas bailarinas de pole dance, excepto el propio Stark. Pero Loki lo sabía, y se divertiría a expensas de eso. 

La noche llegó en un parpadeo y a pesar de la resistencia en un comienzo por parte de Bruce y Steve, finalmente el grupo estaba listo para salir. Thor golpeó suavemente la puerta de la recámara de Loki y éste lo instó a entrar.

- Loki, nos vamos. ¿Estás seguro de no querer venir? ¡Será divertido! - El rubio repuso con una sonrisa y el menor negó con el semblante más neutral que pudo.

- No, Thor. Esos lugares que frecuentan me repugnan. Me quedaré aquí a alimentar mis neuronas mientras tú y tus amigos primates asesinan las suyas con litros de alcohol. - Sentenció con una falsa sonrisa en su rostro y el semblante de su hermano se ensombreció.

- Tú te lo pierdes, buenas noches. - Thor repuso cortante y se retiró dando un leve portazo.

- Oh... en eso te equivocas. No me lo perderé por nada en el mundo... - Loki respondió con malicia al aire, y tras levantarse de la cama, se preparó para salir.

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- En serio Tony, ¡ésto es demasiado! - Steve espetó indignado. Hacía apenas unos minutos que habían llegado y seguían sin creer que el multimillonario los hubiera llevado engañados a un bar de strippers. 

- No seas cobarde, Rogers! Son sólo mujeres con poca ropa y un perfecto caño en frente. Te traje al paraíso, de nada! - Tony repuso irritado mientras tomaba asiento en una mesa cercana al amplio escenario. Sus compañeros lo siguieron riendo, excepto por Steve que aún seguía incómodo con la idea.

- Ya estamos aquí, disfrutemos mis amigos! - Thor exclamó alegre mientras blandía en el aire su primer chopp de cerveza. Todos brindaron y el rubio centró su atención finalmente en el escenario.

Dos hermosas mujeres se movían sugestivamente al son de una melodía estimulante, sin embargo sus ojos se posaron irremediablemente en la morena que se movía grácilmente alrededor de la barra metálica. Su cabello largo, tan negro como la noche, caía como una cascada cada vez que dejaba caer su cabeza; su cuerpo, cubierto por un top que poco dejaba a la imaginación y unas ajustadas calzas negro-verdosas, era un sinfín de curvas donde cualquier hombre podría perderse con gusto. Sin embargo, lo que más tenía hipnotizado al pobre asgardiano, eran sus cautivadores ojos verdes que se clavaron repentinamente en él. Un ligero tirón en su entrepierna lo obligó a cambiar incómodamente de posición, y decidió centrarse en la conversación que ocurría a su alrededor. Era demasiado temprano para tener una erección.

- ¿Adivinen quién conquistará a esa infernal morena? - Tony inquirió con autosuficiencia y los demás rieron resignados. 

- Yo. - Exclamó Thor en un impulso. Un extraño instinto posesivo lo había asaltado y no permitiría que su amigo pusiera un dedo encima de ella.