THORKI - Colección de One-Shots

Agridulce espera (Parte 1)

Advertencias:
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Mpreg

Su madre le dijo una vez: "El día que te enamores, hijo mío, tan sólo lo sabrás. No hay fórmulas que te ayuden a averiguarlo, o síntomas que te ayuden a detectarlo. Con sólo ver a la persona, tu corazón no dudará en hacértelo saber."

Thor siempre dudó de la veracidad en las palabras de su madre. Su supuesto era bastante sesgado, dado que ella sólo se había enamorado una sola vez, y al día, seguía perdidamente enamorada de su padre. A menudo no podía evitar preguntarse si ellos realmente estarían enamorados, pero cuando los veía mirarse sus dudas se disipaban. Era inevitable no ver el amor allí.

¿Pero por qué él no ha tenido esa suerte? A la fecha su vida amorosa es un desastre. Y la única vez que se ha enamorado... bueno, no ha terminado demasiado bien, al menos su vientre notoriamente abultado y su corazón roto así se lo recuerdan a menudo.

Thor vuelve a limpiar una de las mesas de su pequeño café, intentando no seguir esa línea de pensamiento. Ya no tiene tiempo para pensar en lo que no fue, ahora tiene que encargarse de lo que es. Su tienda de café, y su futuro... pequeño gigante de hielo, como a Tony le gusta llamarlo. De todos los antojos que podría haber tenido ¿tenía que ser hielo lo que quisiera comer? Sin contar que el doctor ha dicho que en promedio es bastante grande. Lo que no termina de sorprenderlo, puesto que él tiene un tamaño considerable, y el padre de su bebé no es pequeño tampoco. Al menos no en altura. Y aunque más pequeño en contextura, su musculatura no tiene nada que envidiar a la de otros. Firme en los lugares correctos, y... y tiene que dejar de pensar en Loki si no quiere que sus hormonas se pongan a hacer una fiesta cada vez que lo recuerda.

¿Para qué recordar a alguien que le dejó muy en claro que no lo ama? Eso fue lo malo de conocer a un hombre recién separado. Jamás había considerado que quisiera volver con su esposa. 

Thor vuelve a sacudir mentalmente sus pensamientos. Loki no merece ni uno solo. Ya no más.

- ¿No te peinaste esta mañana? - Una voz burlona suena detrás suyo, y voltea sobresaltado, encontrándose con el más bufón de sus clientes: Peter Quill.

- No estoy de humor para tu burlas. - Thor le advierte, volviendo a fregar la mesa con furia. 

- ¿Te gusta limpiar sobre lo limpio? - El joven inquiere con sarcasmo, tomando asiento en su mesa favorita. 

Thor resopla con fastidio.
- Me gusta que no me molesten cuando estoy de mal humor. -

- Antes solías divertirte peleando conmigo. - Peter lo acusa con un mohín.

- Antes no estaba em... empapado de preocupaciones. - Responde, odiándose en silencio por su impulsividad. No es que pueda seguir escondiendo su embarazo por mucho tiempo más, pero hasta la fecha todo el mundo cree que está gordo y pretende que así continúe. No tiene aún deseos de dar explicaciones sobre la desafortunada manera en la que descubrió que es de la clase de hombres gestantes, ni que será un padre soltero. 

- Ok, bien. No indagaré... sólo quiero un frappé de caramelo. -

- ¡Esto no es un maldito Starbucks! - Thor estalla colérico, sin hacer caso a la parte de su conciencia que le dice que no está bien maltratar a un cliente. Así sea éste el mismo Peter grano en el culo Quill.

Peter estalla en una carcajada que hace desencajar al rubio. 

- Mira, seré claro... - Thor advierte, golpeando la mesa del joven, haciendo saltar el servilletero en su lugar. - Normalmente tolero tus burlas porque eres un cliente, y respeto a todos mis clientes. Pero hoy no estoy de humor. Así que ordena lo que quieres de una vez o te vas. -