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"Eso no puede ser cierto".

"No te he mentido".

La voz de Philelal era firme. Pero Anaís pensó que Lewarren, quien la había traído aquí, no haría tal cosa. Sobre todo, no podía creer que Lewarren, a quien conocía desde hacía tanto tiempo, la hubiera traicionado.

Incapaz de procesar lo que acababa de escuchar, los oídos de Anaís comenzaron a zumbar con fuerza.

No hay forma de que Lewarren la haya traicionado. Ya había dejado su pasado de ladronzuelo y encontró su lugar en el presente. Incluso en el apogeo de la corrupción del templo, él fue quien se sacrificó por los débiles.

Lewarren también ayudó a Anaís cuando el emperador estaba en problemas.

Pensar que Lewarren la traicionó. Lewarren no le guardaba rencor, y fue Lewarren quien la trajo aquí. Él no podría haberle hecho eso.

Anaís no podía pensar en nada. Sobre todo, los años que había pasado con Lewarren y la forma en que él le había mostrado, pensó que no podía haber cambiado tanto. Pero dudar de él no cambia nada. Porque Lewarren no estaba aquí.

Anaís preferiría hablar de otra cosa. Sintió que su fe en Lewarren estaba siendo puesta a prueba.

"Kylian está herido".

"..."

"Parece haberse lastimado la pierna, pero quiero tratarlo".

"¿Puedes usar eso como una excusa para tener una conversación?"

"Sí."

Anaís no podía rendirse. La cantidad de tiempo que podría estar unida a este cuerpo suyo era limitada, y no sabía si ese período sería largo o corto.

Pero estaba viendo los efectos secundarios, el cuerpo debilitado... No tardaría mucho. Por eso Anaís no podía rendirse. Incluso si su alma se rompiera, no tenía más remedio que hacer todo lo posible para convencerlo.

"Ayúdame, Phileal."

"No digas eso".

Anaís no quería usarlo. Ni siquiera quería que él se encariñara con ella. Estaba pensando en hablar casualmente sobre su padre y mantenerse alejada de Phileal.

Su vida iba a terminar pronto de todos modos. No quería acercarse a alguien tan peligroso como Phileal. No quería que nadie más llorara por ella una vez que fuera hora de irse de nuevo.

"Sé que puedes ayudar".

Así como Anais salvó a Phileal por el trauma que sintió en el pasado, se preguntó si Phileal se sentía de la misma manera. Pero ahora no había nadie para ayudar excepto él.

"Entonces dame este cuerpo".

Phileal que codiciaba el poder divino contenido en su cabello. El cuerpo de Lilith estaba lleno del poder divino de la Diosa de la Vida, por lo que parecía natural que quisiera este cuerpo. Pero aun así, era difícil prometerlo como tal.

"Eso no está permitido. Este cuerpo no es mío".

"..."

Él se rió como si no supiera que sus ojos estaban rojos cuando ella dijo eso con firmeza.

"Entonces, ¿en qué debo ayudarte? No me darás tu cuerpo hasta que me vea bien contigo.

Anaís se sintió aliviada de verlo justificar su intento de ayudarla.




* * *

Cuando la villana murió, el protagonista masculino se volvió loco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora