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"¿Qué?"

"¿No escuchaste? El que actualmente habita tu cuerpo es el santo de la diosa Julias".

Anais se quedó helada del shock. Pensó que estaba mirando directamente a Leviathan, pero cuando Leviathan miró a Anais, sus ojos desconcertados temblaban de confusión.

Exactamente como él pretendía: ella estaba profundamente herida.

"¿Por qué Lilith haría tal cosa?"

"¿Cómo puedo saber? ¿Lo estás cuestionando después de presenciar cómo es el Emperador?"

"Eso no tiene sentido."

Anais intentó negarlo, pero en su mente todo empezó a encajar como un rompecabezas completo.

"¿Tienen los sacerdotes la capacidad de ver algo así?"

"Ocasionalmente, esos poderes se manifiestan entre los sumos sacerdotes".

"Pero usted no es un sumo sacerdote".

"Puede que no reciba revelaciones como Phileal, pero recibí los ojos de Dios".

Pensó que era una tontería creer en las palabras de los sacerdotes de la muerte. Sin embargo, en este momento, parecía extrañamente cierto.

"¿Puedes jurar por tu poder?"

"Juro por Lord Decarve que el alma dentro de tu cuerpo es Lilith".

"Podría ser mi personalidad original".

"Lo siento, pero sólo hay un alma dentro de ese cuerpo, y lo mismo ocurre contigo".

Leviatán tomó un sorbo de licor como si sus palabras fueran triviales. El sabor que entró en su boca era amargo comparado con la fuerza que ella le había dado antes.

"¿Por qué Lilith hizo tal cosa?"

"Si quieres una respuesta, tendrás que pagar el precio. ¿Me ofrecerás tu cabello?

Anais abrió la boca como si estuviera a punto de cortarle todo el pelo.

"No, en su lugar te diré lo que te da curiosidad".

"¿Qué es esa supuesta personalidad original que mencionaste?"

"Originalmente vine de un mundo diferente".

"Entonces, ¿por eso fingiste conocer el futuro?"

"Tú ve primero, Leviatán".

Le gustó que ella no estuviera tan serena como había pensado inicialmente. Ella no demostró que no le agradara, a diferencia de Phileal.

"La energía de cada uno tiene su propio 'color'. Este color es visible no sólo en la carne sino también en el alma. En tu caso es blanco. El aura que emana de tu cuerpo es blanca y el color del alma mixta en el medio es púrpura".

Leviatán volvió a encontrar la mirada de Anais mientras continuaba hablando.

"Tener dos colores diferentes significa que el cuerpo y el alma no coinciden".

"Entonces..."

"La luz que fluye de tu cuerpo ahora es violeta. Sin embargo, la luz del interior es blanca, como si los cuerpos hubieran sido intercambiados".

"..."

"Ahora es mi turno. ¿Qué quieres decir con que vienes de otro mundo?"

Anais tenía más preguntas que hacerle, pero decidió mantenerse racional y ordenar sus pensamientos.

"Morí en otro mundo. Después de mi muerte, me convertí en Anais Percival. Sin embargo, no sé por qué sucedió eso".

"Como mencioné, los colores de tu forma física y tu alma son los mismos. Cruzar dimensiones altera el flujo del tiempo".

Cuando la villana murió, el protagonista masculino se volvió loco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora