Capítulo 20. Sofía

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Dos meses después...

-Puedo saber a donde vais a llevar a mi hija de vacaciones? -pregunto mientras miro a Joan y Amanda, mirarse antes de contestar -no me importa que la vea su padre, quiero que esté en su vida.

-No quiere que se sepa donde está -asiento triste, le echo de menos, pero tengo que afrontar que estamos mejor separados -prometemos, que todos los días te haremos una video llamada.

Abrazo a mi pequeña, su abuela me extiende los brazos para que se la de y sentarse en el coche.

-Sofía, cualquier cosa que necesites, Héctor te echará un cable -le miro y no digo nada -vas a hacerlo estupendamente, te hemos enseñado bien y tú, has aprendido muy rápido.

-Vale, vale, lo que tú digas – me despido de ellos -que tengáis buen vuelo y...llevarla a Central Park, seguro que le va a encantar.

-Sí tranquila, te enviaré fotos al móvil -veo frenar de golpe al coche y me acerco a la ventanilla de atrás, por donde se asoma Amanda -como sabes que está allí?

-Porque en una de nuestras muchas conversaciones, me dijo que el sitio perfecto para desaparecer era Nueva York -me encojo de hombros -os vais quince días, no puede estar muy cerca de aquí.

-Me gustaría tanto que los dos... -le doy un golpe en la ventanilla al chófer para que se mueva, no quiero que siga la frase. Entro en mi coche, junto a mi guardaespaldas y nos ponemos camino a la empresa.

La semana que me fui a Creta con Tami, fue un caos en las oficinas. Llamé a Natalia para que recogiera mis pertenencias y las guardara en algún sitio. Envié un burofax a recursos humanos, diciendo que rescindieran mi contrato y que les iba a enviar mi renuncia del puesto de CEO. Se filtró la noticia y puso a la junta nerviosa.

Al llegar de Grecia, Joan habló conmigo, poniendo las cosas claras. No aceptó mi renuncia, seguía siendo la presidenta de la empresa. Firmé las escrituras de la casa y cuenta bancaria que me dejó Gabriel. A cambio, Paul y su mujer, no se deberían de acercar a mí. Al principio no quería aceptar, esa empresa es de ellos, la intrusa soy yo.

-Las empresas pasaron a ser de Gerald hace cuatro años, Paul tuvo problemas de salud muy serios y le pasó la dirección. Sofía, yo pensaba que todo esto ya lo sabías -niego mirando a Joan.

-Gerald me hizo creer que quien me daba la empresa era su padre, que él estaba aprendiendo a dirigirla. Me pareció raro, puesto que Gabriel y Héctor llevan dirigiendo hace tiempo y son de la misma edad -Joan agacha la cabeza y asiente -quise creerle, supuse que no iba a mentirme, según él me estaba ayudando.

-Legalmente, las empresas son tuyas, hasta que tu hija pueda dirigirlas -me enseña los papeles del notario, los leo por encima y me parece mentira -quiero ir con la verdad por delante, Gabriela es mi nieta y no voy a jugar con eso.

-Siento lo que ha pasado con Gabriel, si queréis hacer las pruebas, estáis en vuestro derecho. Alguien trata de separarnos y lo ha conseguido -me coge de las manos -por cierto, sabemos algo de mis padres? Ya solo me faltaba que aparecieran.

-Nada cariño, solamente lo que Andy nos dijo, no dejes la seguridad -doy gracias a dios que hace meses que no sé nada de ellos, el último cheque fue muy generoso -y por mi hijo, no te preocupes. Hay parejas que se quieren y no son capaces a estar juntos, pero tenéis una hija y por ella, debéis de comportaros.

-Lo sé, por mi hija lo que sea -le digo sonriendo.

La puerta de mi oficina me hace salir de mi trance, veo entrar a Sarah sonriente como siempre.

-Vengo a sacarte una sonrisa -me dice dándome un abrazo.

-Nunca estuve separada de la niña tanto tiempo, se me pasará -le digo mientras voy apagando el ordenador -sabe tu marido que estás aquí?

Verdades ocultasWhere stories live. Discover now