Capítulo 35. Tamara

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Cierro con llave la puerta del sótano, mi hermano está de camino. Le va a encantar la sorpresa que le tengo. Escucho el ruido del motor de su moto, es inconfundible, salgo como loca a recibirle.

Jeremy siempre fue mi apoyo, me iba mal en el colegio y me ayudaba. Tenía problemas con algún imbécil, ahí estaba mi héroe. No se puede decir, que hemos tenido un padre ejemplar, aunque tengo que decir, que siempre me ha mimado más que a mi hermano.

-Tengo una sorpresa para ti -le tiro del brazo, para que me siga, sonriendo le miro y nerviosa alcanzo a abrir la puerta -espera, quiero ver tu cara.

Bajo los escalones corriendo, enciendo la luz y me pongo al lado de la princesita, le grito que ya puede pasar.

Escucho los escalones, se me hace una eternidad cada paso que da. Al llegar a suelo firme, se queda mirando hacia la silla que está en medio del sótano.

-¿Y esa rubia? -dice acercándose despacio -sabes que son mi debilidad -me dice cuando llega a mi vera, me acaricia la mejilla y me guiña un ojo -¿es para mí o vas a querer participar?

-Esta es toda tuya, la mía está por aparecer -pongo una mano en la nuca de la princesita, cierro el puño cogiéndole el pelo y aprieto con todas mis ganas, haciendo que grite y eche hacia atrás la cabeza -¿ya la reconoces?

-Que sorpresa...si es mi hacker favorita, la zorra que me metió en el trullo y vive a cuerpo de reina. ¿Te acuerdas de mí? -sigo tirando de su pelo, Jeremy le aprieta sus monísimos mofletes, haciendo que sus labios formen una o perfecta -pero tengo que decir, que con los años, has mejorado muchísimo, me va a encantar verte sin ropa.

-Hay algo que no te he dicho -mi hermano me mira, esperando las noticias -en tres horas, Sofía llegará a un punto de encuentro con cincuenta millones de euros, se supone que es por el rescate de tu princesita.

-Te equivocas Tamara, tendremos el dinero y nos quedaremos con las dos señoras Durand -me mira sonriendo -Sarah me debe mucho más. Y estoy seguro, que tú quieres entablar una relación con nuestra hermana, la cual también vale muchos billetes.

-¿Dónde tenéis a Gabriela? -pregunta la princesita.

-¿Era en serio que la secuestraron? -la digo asombrada -pensaba que era una mentira de las vuestras.

-No somos idiotas, una mocosa trae muchos problemas -me mira Jeremy -¿verdad que no la tenemos?

-No se me pasaría por la cabeza -digo soltando de golpe la cabeza de la rubia -¿vas a venir conmigo a buscar nuestro dinero?

Oímos ruidos en la casa, miro a mi hermano y escuchamos las voces de sus amigos. Volvemos a amordazar a Sarah, no sin antes Jeremy, plantarle un beso en sus labios, que hicieron temblar los cimientos.

-Vas a suplicarme por más, ¡¡zorra!! -la mirada de odio que le echa, me hace daño y con la mano abierta le cruzo la cara.

-A mi hermano, se le respeta -estoy cerca de su cara, puedo sentir su miedo, su pánico -me va a encantar, ver como mi hermano te hace suya.

Corro escaleras arriba, haciendo caso del grito de Jeremy. Éste le pide a su amigo una de las camionetas con los cristales tintados, dice que hay que ser precavido.

Miro el reloj, ya queda menos de una hora. Tengo ganas de verla cara a cara y decirla tantas cosas...

-Jeremy, Jess no estará metido en el secuestro de la niña, verdad? -mi hermano me mira sin dar señal de preocupación.

-No es su estilo, involucrarse en eso, sería perder mucha de la gente, que tiene en nómina -niega pensativo -debe de tener otros enemigos. ¿Sabes algo de este año que estuvo desaparecida?

Verdades ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora