Capítulo 28. Sofía

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Me han persuadido de quedar con Tami a solas. Les pido que confíen en mí, llevo siendo amiga de ella, y nunca me hizo daño. En la cocina veo un vaso en una bolsa, miro a Lina y me dice que sigue instrucciones de mi seguridad.

Busco a mi chico trajeado y serio, le pregunto por el vaso.

-En ese cristal, están las huellas de su amiga Tami, sabremos quien demonios es, Andy llegará en breve, él mismo lo llevará a la comisaria, tiene contactos -asiento y no digo nada.

-Algo más que deba saber o me tengo que enterar de las cosas por los demás -le miro entrecerrando los ojos.

-No señorita, nada más -vuelvo hacia la cocina, oigo gritos en la biblioteca, mis pasos son sigilosos.

La puerta no está cerrada del todo, por lo que puedo ver a Gabriel con su acompañante, uno en frente del otro.

-Brigeth, no lo pongas más difícil -le dice con voz tranquila, una mano le acaricia el pelo, algo que no me gusta, pero cuando veo que sus brazos la hacen acercar los dos cuerpos, me rompe el corazón -cariño, me gustaría pasar el día con mi hija.

-No entiendo a que esperas para decirle a Sofía, que nos vamos a llevar a la niña con nosotros, cualquier juez te daría la custodia, nos vamos a casar, tienes familia estable y con dinero -ella le rodea el cuello con sus brazos -saca los trapos sucios de sus padres, es muy fácil.

-La niña necesita a su madre -el tono de él es de enfado -lo ha hecho muy bien, nadie podría ponerlo en duda.

-Gabriel, si lo que te preocupa, es poder administrar la herencia de tu hija, yo puedo hacerlo. Mira, después de un tiempo, la niña no se acordará de quien es su madre, para eso voy a estar yo -sus manos le acarician la espalda, mientras él mira por la ventana -no me importa que me llame mamá.

-He dicho que no, Sofía es su madre y siempre lo será. No me vas a hacer cambiar de idea, no puedo separarlas -ella se da media vuelta enfadada, camina hacia la puerta, me escondo rápidamente detrás de un armario.

Por un rato, me quedo sentada en el suelo, asimilando lo que escuché. Primero Tami, ahora esta trepa, quieren a mi hija, por la herencia que tiene detrás. Miro el reloj, me falta una hora para mi cita con mi supuesta amiga.

Realmente, me puedo fiar de alguien? Estoy rodeada de gente que, aunque lleve tiempo con ella, sigo sin conocerlas de verdad.

Me dirijo al garaje, le digo al chófer, que en veinte minutos salimos. Mientras entro en la casa, miro como mi padre juega con la nieta, que pide más velocidad en el columpio. Entro en mi oficina, abro el sobre certificado que me enviaron de la universidad. Empiezo a leer los informes, lo mismo que me dijo el rector. Él no habló con nadie de DurandSA, para pedir información sobre Jordi. Hasta él mismo, se escandalizó de tenerlo contratado y más en el departamento de contabilidad, cuando las matemáticas nunca fueron su fuerte. Le pedí discreción, alabando su trabajo y dándole a entender que la familia Durand, hará un donativo suculento al fondo de la universidad.

Sarah tiene la teoría, de que Tami fue la que habló con recursos humanos, la entrevista para pedir antecedentes de un estudiante, siempre es a través de correos electrónicos o llamadas. Por eso, hemos decidido que los futuros contratados, tendrán que esperar a que nuestro personal, vallan personalmente para hablar con las personas adecuadas. Por eso, Roger está en la empresa, ella tiene confianza en él. Al preguntarle de que se conocen, me sonrió y se puso roja de la vergüenza.

-Roger y yo, nos conocemos de cuando vivía en la calle -me contaba tímida -se fue de su casa, con mi misma edad. Nos ayudábamos mutuamente, yo equivoqué lo que sentía por él y me declaré -puso sus manos en la cara -pero él me quiere como una hermana -me río mientras veo su cara de niña traviesa -me dijo muchas veces que tuviera cuidado con esas bandas, cuando me aceptaron, hizo lo posible para entrar él y poder vigilarme.

Verdades ocultasWhere stories live. Discover now