Capítulo 30. Sofía

14 1 0
                                    

Pasado un año...

La rebeldía infantil que tiene Gabriela, supera los límites establecidos, pero igualmente fuimos a la perrera municipal y adoptamos un cachorro de pocos meses, abandonado y muy lastimado. Como le dije a ella, a partir de ahora, el precioso perrito, necesita amor y cariño. Aunque ella lo lleva al extremo, queriendo dormir en la cama con él, lo sienta en el sofá, me temo que en breve me lo encuentre sentado en la silla de la cocina, para comer del plato.

Ahí los tengo a los dos, jugando en el jardín, corriendo uno detrás del otro y rezando para que ninguno aterrice en algún charco de barro.

Una semana lloviendo sin descanso, me ha dejado el césped intratable. Tendré que pedir ayuda al jardinero del hotel donde trabajo, a ver que puedo hacer para que no se formen esos charcos.

Dentro de dos días, mi pequeña cumple tres años, me parece mentira que haya pasado doce meses, desde que desaparecí de Barcelona.

No fue fácil, alejarme. Las personas que quiero están allí, pero también son las mismas que me engañaron en la cara. Me deshice del móvil, no uso las cuentas de correo electrónico conocidas. Mi único contacto es por mi hija, cada dos semanas la envío en avión, junto a una azafata y alguien de seguridad. Ellos se encargan de entregarla a su padre. Si necesito decirles algo, lo hago mediante una nota en la maleta de Gabriela.

La misma forma que usa Gabriel, para enviarme notas, pero no para contarme sobre el fin de semana de la niña, si no, para pedirme que vuelva, que me quiere.

He pedido ayuda a Sarah, para que me eche una mano con la rebelde de tres años, pero ella está en la misma situación con Junior. En la última discusión con mi hija, su última palabra, fue que su cumpleaños lo celebra con su padre, cuando vaya a visitarlo. También ha dejado caer, que prefiere vivir con Gabriel y sus padres, se siente sola.

Mi cuñada me ha pedido aparecer, para el cumpleaños de Gabriela, luego me puede volver a hacer desaparecer. Dice que sería interesante, ver la reacción de la gente al verme. Sobre todo, la de ella, cuando le cuente que estoy saliendo con alguien. Saliendo no, conociéndonos. Pero mientras lo siga comparando con Gabriel, el pobre Peter no va a salir bien parado.

Es francés, de Toulouse, una preciosa ciudad al sur de Francia, muy cercana a la frontera con España. Uno de los motivos, por los que mi hija, quiere irse, dice que no le gusta. Sus palabras exactas fueron "tiene ojos de diablo".

De: ssgd

A: sdjd

Asunto: amigo

Querida Sarah, hasta ahora no me he atrevido a contarte. Hace un par de meses, conocí a un chico, trabaja en el mismo hotel que yo. No tenemos nada, solamente, nos estamos conociendo. Cuando vuelvas a parpadear, sigues leyendo. Estoy pensando ir al cumpleaños de mi pequeña.

Firmado: tu amiga que te echa de menos

Salgo al porche, no sin antes coger mi libro, voy a leer un poco, para mantener mi mente ocupada. Entre las páginas, tengo las notas que sutilmente Gabriel ha metido en la maleta de nuestra hija. Iba a tirarlas, pero las guardo y de vez en cuando, me gusta leerlas.

La primera nota, la escondió en el neceser de la niña.

"Gracias por el tiempo que nos dejas con la princesa. Sus abuelos están encantados y su padre, más. Podrías traerla tú, la próxima vez, me gustaría verte. Sabes que tenemos que hablar. Te quiero"

Más mentiras, no se cansan de mentir. Debe de estar casado con Brigeth, los vi hacer planes y yo, no entraba en ninguno. Me suena el pitido de notificación, al mirar el móvil, veo que Sarah ya contestó.

Verdades ocultasWhere stories live. Discover now