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POV Chiara.

— Si de algo me voy a arrepentir pues que sea de esto.

Me dió media vuelta y me besó.

No podía creer lo que estaba viviendo, no podía creer lo que estaba pasando, su mano en mi cintura me trajo de vuelta a la realidad y le correspondí el beso.

Me sentía en las nubes, pasé mis manos a su nuca y la atraje más hacia mi, sentí su lengua en mis labios pidiendo permiso para entrar, permiso el cual le concedí sin dudarlo, empezamos una pelea para ver quien dominaba a la otra, era como estar en el paraíso, estábamos pegadas pero quería tenerla más cerca aún.

Nos separamos por falta de aire y nos quedamos mirándonos unos cuantos segundos mientras nuestras respiraciones volvían a la normalidad. Seguro estábamos hechas un desastre, ella tenía los pelos un tanto revueltos y los labios rojos, supuse que yo estaría igual o peor.

— Me gustas Chiara. – Susurró antes de dejar un suave beso en mi boca.

— Oh cállate. – la agarré del cuello y la volví a besar.

Sentía que estaba en un sueño, en uno del cual no quería despertar nunca.

— ¿Deberíamos hablar de lo que acaba de pasar? – pregunté.

— Mejor mañana, ahora solo te pido una cosa – la miré esperando a que hablase. – duerme hoy conmigo por favor.

— De acuerdo – Sonreí.

Y así fue, cuando llegamos ya todos estaban dormidos, me metí en la cama con ella y al principio era un poco incómodo, pero luego sentí su mano sobre la mía, sentí como todo se suavizaba, y como ella me miraba.

La abracé más fuerte que nunca, nunca había sentido tanta felicidad en tan poco tiempo.

— Buenas noche Vivi – murmuré contra su pecho.

— Buenas noches Kiki – dejó un beso en mi frente.

Fue la noche en la que mejor dormí desde que había llegado a la academia, sentir sus brazos alrededor mío mientras dormía fue el mejor sueño que pude llegar a tener.

La mañana llegó rápido, y nos despertaron con música como siempre, no entendía por qué había gente que se levantaba con energías y con buen humor, hasta hoy, que por fin lo entendí.

— No me quiero levantar – murmuró Violeta con los ojos cerrados y dejando un beso en mi cabeza.

— Yo tampoco. – la miré sonriente y vi como abría poco a poco los ojos.

Se quedó mirándome y me puse nerviosa, ella siempre tenía mucho poder sobre mi con esa mirada.

— Eres preciosa Kiki. – Susurró mirándome, me sonrojé y escondí mi cara en su pecho.

— Me acabo de levantar, no me he ni lavado los dientes, no digas eso.

— Es que lo eres Kiki – dijo mientras me daba muchos besos en la cabeza.

Iba a morirme, o explotar de felicidad, o algo así.

— ¿Podemos saltarnos el desayuno y quedarnos aquí? – la miré embobada.

— Ojalá pudiéramos Kiki – acarició mi mejilla. – Pero Noemí nos va a sacar a patadas, y encima tenemos clase de fitness.

— Oye Vivi

— Dime.

— ¿Cómo actuaremos frente a los demás? Porque tampoco es que hayamos hablado de lo de ayer.

EN MIS PARTITURAS - Violeta y ChiaraWhere stories live. Discover now