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POV Chiara

— Es matemáticamente imposible que te haya tocado esa canción con Violeta de pura casualidad. – se quejaba Paul sentado en el sofá de la terraza. – ¡Matemática!

— Bueno Paul, te callas que te recuerdo que a ti te ha tocado Heather, temazo de Conan ¡con Álvaro! – le grité.

— ¿Pero te quieres callar? – me tiró un cojín en la cara.

— ¿Eres bobo? – le di un puñetazo en el brazo. – Bueno amigo, ponme al día ¿como vas con él?

— En términos de soportar, no estoy soportando. – se tumbó y puso su cabeza en mis piernas. — Soy un antisocial Kiki, no sé ligar, tú sin embargo con un par de miradas ya tenías a la reportera de conflictos bélicos en tu mano.

— A ver comentame ¿Qué has hecho?

— Le toqué un par de canciones, canté con él, nos abrazamos en los ensayos de la grupal, le pico todo el rato... Ya no sé qué más hacer, no sirvo para esto.

— Paul, lo estás haciendo muy bien, cada día os veo más pegados... – acaricié su pelo. – Mira el lado positivo, tienes toda una semana para seguir moviendo ficha.

Violeta entró a la terraza, al ver la forma en la que estábamos supuso que era una conversación privada por lo que dejó el café que me había preparado en la mesita y se fue.

— ¿Ves? Yo quiero eso, esos pequeños detalles, que me haga un café, que me ofrezca charlas nocturnas, quiero eso – Paul se puso triste, cada día que pasaba los sentimientos de él por Álvaro aumentaban.

Nos quedamos un rato hablando del mismo tema y de otros variados hasta que el sonido de la puerta nos distrajo.

— Perdón por interrumpir — Álvaro entró con dos tazas en la mano.

— No pasa nada. ¿Qué traes? – miré las manos del rizado.

— Mi café y le he preparado uno a Paul. – el chico al escuchar su nombre se levantó corriendo de mis piernas.

— Que guay oye – Sonreí. – ¿Sabéis qué? Me tengo que ir a buscar a Violeta. — me levanté del sillón y cogí la taza que me preparó la pelirroja.

Caminé hacia la puerta y antes de salir me giré para hacerle un gesto de buena suerte a Paul con los pulgares hacia arriba.
Mi cotilla interior quería quedarse a espiar la conversación de esos dos, pero bueno, es Paul, más tarde me lo iba a contar.

Busqué a Violeta por toda la casa, no había manera de encontrarla, me acerqué a Denna a preguntarle si la había visto pero la respuesta era negativa, me rendí, ya aparecería. Fui a cambiarme de ropa y ponerme el pijama, eran recién las 8 de la tarde pero como no iba a pasar nada interesante porque eso ya pasó en el reparto, preferí estar en full comodidad con mi pijama.

Si tan solo fuese capaz de encontrar la ropa dentro de mi armario hecho una mierda.

— Tú pijama está en la lavadora. – me asusté, pensé que estaba sola. Al girarme veo a Violeta. Creo que puedo jurar que no llega a haber este sillón raro de los vestuarios detrás mío y me caigo al suelo al verla.

La mejor imagen mental que iba a tener en mi vida, Violeta estaba parece ser recien salida de la ducha vistiendo unos pantalones cortos negros, un top deportivo del mismo color y se acercaba a mi mientras que con una toalla en su mano intentaba secarse el pelo.

— ¿Qué? – dije a duras penas.

— Que tu pijama está en la lavadora, lo metí hace un rato. ¿Estabas buscando eso no? – preguntó y yo solo me dediqué a asentir y murmurar un ligero "si" mientras no le quitaba la mirada de encima. — ¿Estás bien Kiki?

EN MIS PARTITURAS - Violeta y ChiaraWhere stories live. Discover now